FÓRMULA 1
Fórmula 1 en Las Vegas: Leclerc y Sainz jugaron al poker antes de la carrera
Los pilotos de Ferrari se sentaron en una partida con Antonio Esfandiari y Michael Phelps.
Después cinco días de recuentos de votos, este fin de semana se declaró a Joe Biden como presidente electo de los Estados Unidos en lo que podría representar, de cierta manera, un escenario positivo para el poker online de ese país –y del mundo– una vez que el demócrata ocupe la Casa Blanca.
Si bien es cierto que ninguno de los dos candidatos durante su campaña hablaron directamente de la legalización del poker online en el país, Biden anunció que buscaría revertir algunas medidas impuestas bajo la administración de Donald Trump y en la que se contempla la llamada Interstate Wire Act.
Esta es una ley que se promulgó desde 1961, aunque en enero de 2019 el Departamento de Justicia, durante el mandato del actual presidente en funciones, emitió una reinterpretación a los estatus iniciales indicando que no solo las apuestas de deportivas sino todos los juegos de azar que transciendan las líneas fronterizas de un estado podrían ser sancionados o prohibidos.
En la nación norteamericana cada entidad federal o estado tiene la facultad de autorizar los juegos online, sin embargo dicha interpretación colocaba una traba adicional para que grandes salas pudieran operar en todo el territorio nacional.
Concretamente en diciembre del año pasado la oficina de campaña de Biden, durante una visita a Las Vegas , había emitido un comunicado en el que afirmaba estar en contra de las políticas actuales y decía que en caso de asumir la presidencia, el mencionado Departamento de Justicia podría cambiar su postura acerca de la reinterpretación de 2019.
«No apoya agregar restricciones innecesarias a la industria del juego como lo ha hecho la Administración Trump».
Por su parte, algunos especialistas afirman que bajo este panorama se pueden dar el llamado efecto de bola de nieve y mientras más estados apoyen la legalización del juego online sin tantos impedimentos, más difícil y de menos interés podría resultar para el gobierno federal implementar nuevas medidas que sancionen la actividad.