URUGUAY
Brian Saslavchik es el nuevo campeón de la Gran Final Millonaria
El argentino tuvo que enfrentar a su compatriota Fernando Romano en el heads-up para quedarse con el último gran torneo de la temporada del Enjoy Poker Tour.
La relación entre el mundo de las inversiones y el poker no es nada nueva sino que mucho se ha escrito al respecto, pero tal vez nunca se había encontrado una similitud tan grande como la que encierra una de las frases dicha por el mayor inversionista de todos los tiempos.
Sin dudas, Warren Buffett es el referente más grande en este mundo del dinero, se podría incluso decir que es el Doyle Brunson del mundo financiero.
Si se pudiera destacar el aspecto que más une a ambas profesiones, el riesgo podría ser uno de ellos. Por otro lado, la habilidad tanto del jugador de poker como del inversionista de poder analizar su entorno y adaptarse al mercado, o la mesa, para sacar así el mayor provecho y no caer en bancarrota serian otros elementos también a destacar.
«Los inversores deben recordar que la emoción y los gastos son sus enemigos. Y si insisten en tratar de cronometrar su participación en renta variable, deberían tratar de ser temerosos cuando los demás son codiciosos y codiciosos sólo cuando los demás son temerosos».
Con esta frase queda más que claro que Buffett hubiese sido un increíble jugador de poker. A lo primero que hace mención es a la gestión emocional que se debe hacer para que esta no interfiera en las decisiones que se toman.
Por otro lado, hace mención a uno de los grandes fallos que tienen los jugadores actualmente. Por lo general, suelen jugar de forma casi automática siguiendo una estrategia ya establecida que no permite adaptaciones al rival, ni al momento que se esté viviendo la mesa u otros factores como ciegas que se tienen, etc.
En términos generales, lo que dice este gurú de las inversiones es que si la mesa está jugando tight, la forma de ganar dinero es ser agresivo y jugar más manos. Del mismo modo, si el oponente está jugando como un maniaco, puede que se tenga que bajar el ritmo para esperar manos con las que atraparle.