La carrera del jugador de poker es un camino largo hasta una excelencia que pocas veces se llega a conseguir, sin embargo los sentimientos de frustración suelen aparecer cuando no se percibe una evolución constante en las mesas.

El verdadero problema de este apartado radica cuando el profesional no acepta que dicha evolución, ni en el poker ni en la vida en general, es lineal y por el contrario se tratan de pequeños avances y retrocesos que van conformando el camino.

Jared Tendler en la WSOP

Esta teoría es trabajada constantemente por Jared Tendler quien en su libro The Mental Game of Poker hace la similitud con una oruga que, para desplazarse por el suelo, se contrae uniendo su parte delantera y trasera dando la sensación de retroceso pero en verdad está dando pequeños pasos hacia sus destino final. 

Recientemente este coach mental dio algunos datos para sobrellevar la sensación de estancamiento en la evolución. Para explicarlo con otra analogía, la de un volcán en erupción, cuando este estalla, arroja fuego a la superficie, entonces, cuando existe un retroceso en las mesas, este puede arrojar una cantidad de información valiosa que hay que observar y analizar.

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Mira la evolución

Por otra parte, asegura que a veces el progreso es difícil de identificar. En el poker suele medirse a través de las ganancias y no siempre debería de ser así. Tendler afirma que muchas veces se está avanzando aunque los resultados en las mesas muestren lo contrario, recuerda que «la varianza puede afectar a corto plazo y el retroceso financiero no refleja los progresos que has hecho en realidad».

Existe una máxima que reza que la incomodidad se produce cuando se está saliendo de la llamada zona de confort y eso puedo ser sinónimo de evolución, así que dicha incomodidad puede ser un termómetro para medir que se está avanzando aunque no se estén obteniendo resultados tan tangibles.