La manera en la que se debe mirar al poker ha evolucionado en los últimos tiempos por lo que algunas de las prácticas más habituales del pasado quedaron casi anuladas y la duración de las sesiones es una de ellas.

Hasta hace algunos años, el denominador común y casi requisito obligatorio para convertirse en profesional pasaba por afrontar maratónicas jornadas que casi sobrepasaban los límites físicos de un jugador. Pero esa visión ahora cambió.

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El mental game vino a cambiar casi por completo las reglas del juego e implementó algunos aspectos que han demostrado ser más beneficiosos para el jugador y sus ganancias a largo plazo. En la actualidad, son varios especialistas en las materia que aseguran que el tiempo de las sesiones de poker debe ser reducido o por lo menos divididos en períodos considerablemente más cortos.

Muchos aún tienen en mente la creencia de que deben sentarse frente a una computadora o en un casino por unas ocho horas como mínimo para sacar la mayor ventaja posible y aunque en un principio esa la duración de una jornada laboral en cualquier trabajo convencional, a la ecuación se le deben incluir varios descansos o lo que es lo mismo, realizar lo que se llama una micro sesión que puede durar unas dos o tres horas hasta que se complete el total establecido.

Problemas de las sesiones largas:

• El enfoque y la atención tienden a disminuir.
• Las emociones tienden a ser menos restringidas cuando estamos cansados.
• Somos menos capaces de reconocer un mal juego.
• Tendemos a volvernos fatalistas acerca de nuestras pérdidas y arrogantes acerca de nuestras ganancias.
• Vamos en piloto automático.

Ashley Adams , presentador de «House of Cards Radio» y autor de «Winning poker in 30 minutes a day», fue quien enumeró dichos problemas y concluyó, su más reciente columna, lo siguiente:

«Las sesiones cortas les permiten a los jugadores desplegar su juego A durante toda la duración. Esto aumenta la probabilidad de que puedan aprovechar todas las situaciones únicas que encontrarán, ya que su enfoque, habilidad e intención no disminuirán por quedarse demasiado tiempo.

Es mejor establecer un límite de reloj con un plan para al menos dejar la mesa por un tiempo, para permitir que el buen jugador recargue sus baterías mientras evalúa qué tan buenas son sus habilidades y si tiene lo necesario para seguir ganando».