Los días de fiestas, sobre todo la cena navideña de Noche Buena y Año Nuevo, pueden volver a ser ese momento incómodo en el que los familiares cuestionan el juego en las mesas de poker, sin embargo también puede darse una buena oportunidad para propiciar alguna dinámica que muestre que se trata una actividad profesional.

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Organizar un torneo freeroll o una partida de play money, por aburrido que parezca, podría ayudar desmitificar la actividad entre los asistentes y así comenzar el 2024 con un poco más de apoyo, o por lo menos con algo de entendimiento, por parte los seres queridos más cercanos.

Lo ideal sería planificar la actividad con tiempo y así designar, por ejemplo, regalos neutros como parte de la bolsa de premios para que sean repartidos entre los ganadores del torneo.

Además, si entre las metas del nuevo año está incursionar como coach de poker, una buena manera de practicar puede ser justo en la partida después de la cena navideña. Esta puede ser usada como una especie de master class para que vean los tipos de juegos apropiados, en qué consiste el manejo adecuado de banca y todos eso temas que suelen generar controversia entre las personas que desconocen la actividad.

La cena navideña puede cambiar la percepción

Por lo general, cuando se organiza un torneo benéfico, muchos de los que asisten sin conocimiento previo de poker confiesan haber cambiado su visión del juego destacando aspectos como la estrategia o habilidad mental que hay que tener más allá del azar. Así que con algo de suerte, estas fechas podrían causar el mismo efecto entre los familiares.

Por último, hay que recordar que existe cierta resistencia a la hora de entender el poker como una actividad profesional. Si se nota rechazo entre alguno de los asistentes, lo mejor es no forzar la situación y simplemente disfrutar de la cena navideña.