El sector de los juegos online y en especial el del poker en línea han tenido un auge en los últimos dos años y eso está provocando mayores regulaciones que deben buscar ser lo suficientemente atractivas para que la industria siga creciendo.

La palabra regulación suele estar asociada a limitaciones, sin embargo también puede brindar un conjunto de leyes y normas a seguir para que todos los actores (jugadores, operadores y entes gubernamentales) ganen.

Durante la pandemia hubo un incremento significativo en la demanda de ofertas ligadas al poker online, lamentablemente también trajo algunos problemas y esto llevo a algunos gobiernos a crear rápidamente algunas leyes sin tener en consideración un escenario macro en el que se atendieran todas las necesidades por igual.

Hace poco se realizó en España un webinar titulado «Los desafíos normativos del juego online» en el que varios especialistas mostraron una postura a favor de unas regulaciones más flexibles y menos controladoras e impositivas. 

«Creo que cuanto más flexible sea el marco regulatorio, más probabilidades de éxito tendrá para acomodar los avances tecnológicos y los nuevos tipos de juegos», dijo Cristina Romero , abogada especializada en marcos normativos en materia de juego.

También argumentó la importancia de la generación de empleo tanto directo e indirecto. Señaló que mientras más demanda haya, mayores puestos de trabajo se crearán y para que ello ocurra se tienen que dar garantías pero a la vez hacer que el jugador y los usuarios se sientan cómodos y seguros a la vez.

«Es un sector bastante relevante económicamente, y que genera empleo tanto directo como indirectamente. A partir de la pandemia causada por la COVID-19, este mercado creció y hay que considerar que aporta alrededor de un 0,5% del Producto Bruto Interno como media en la Unión Europea».

Por último, y en una entrevista ofrecida a YogoNet, recalcó la importancia de buscar un término medio en las leyes. Se debe crear una balanza equilibrada entre lo que es bueno para el jugador, para las salas y la recaudación que busca el gobierno.

«Tanto la prohibición como la libertad absoluta carecen de sentido. La prohibición, porque se estaría negando una realidad y una demanda natural por un producto de entretenimiento como es el juego online. La libertad absoluta, porque no es un producto inocuo», concluyó Romero.