ENTREVISTAS
Daniel Negreanu: «Estoy en buena forma para ganar»
Daniel Negreanu habló de todo, desde los torneos que jugará a fin de año hasta cómo le está yendo al podcast que hace con su esposa.
El mercado regulado en España está pasando por tiempos oscuros y la prensa generalista está haciendo eco de este momento, por un lado el afamado periódico El Diario ha dado cuenta del exilio de los mejores jugadores hacia otras latitudes, en especial al Reino Unido, escapando de la Ley de Juego que afecta enormemente sus intereses. Por otro lado el medio de comunicación El Mundo toca la fibra de los números en rojo que ha dejado dicha legislación que permite solo jugar en las salas .es y que tiene en declive al mercado del poker online.
El primer medio entrevistó a destacadas figuras de dicho país para tratar de averiguar porqué muchos de ellos ya no juegan en España. “La regulación española me ha echado a patadas” – señaló Raúl Mestre . Y es que hay muchos profesionales que no encuentran liquides en las salas españolas, lo que sumado al alto porcentaje de impuestos (25%) que deben declarar a Hacienda a fin de año, no les ha quedado de otra que irse a otros países para poder mantener un ritmo de ganancias acordes a su nivel de juego.
Desde que se promulgo la Ley de Juego en mayo del 2011 el éxodo se ha ido incrementando y han tenido que dejar todo para seguir con su profesión. “No conozco a ningún jugador de se haya ido por gusto” – sentenció la Team PokerStars Pro Leo Margets .
Si el panorama para los pros es oscuro, para los jugadores recreacionales y semiprofesionales es aún más porqué con la falta de liquidez, pocos competidores, bajos premios garantizados, sumado a la actual crisis del mercado nacional, la carga fiscal para ellos es enorme y hace que los operadores ilegales se queden con casi la mitad del mercado español.
El Mundo se dio el trabajo de indagar en dicho sentido y sacó conclusiones alarmantes “hay un notable divorcio entre los intereses del Estado, las operadoras y los usuarios” Es así como se forma un círculo vicioso en donde todos salen perdiendo. El gobierno recauda un porcentaje mínimo de lo que podría estar ganando, los usuarios se sienten insatisfechos con las condiciones para jugar poker y los operadores ven reducidos sus márgenes de ganancias, hasta tal punto de poner en duda su mantención en dicha nación.