FOZ DE IGUAZÚ.- Oscar Sare tiene 47 años y es chofer de remis. Vive en Salta capital y trabaja en turno noche, unas doce o trece horas detrás del volante. Cuando se levanta, después de haberse acostado con el sol para intentar dormir un rato, le mete otro turno de seis horas pero enfrente de la computadora, jugando poker online. Su pasión.
Así fue que llegó hasta Foz de Iguazú, donde se está jugando la 100ª etapa de la historia de la Brazilian Series of Poker. Oscar vive en el humilde Barrio Solidaridad, el más poblado del cordón sudeste de la capital salteña, a unos a 20 minutos del centro. Allí, hace unos dos meses y jugando con wifi prestado por su vecino, consiguió lo que para muchos es imposible: invertir dos centavos, ganar siete satélites seguidos -en el primero se clasificaban 30; los seis posteriores tuvo que ganarlos- para obtener un paquete a esta parada del BSOP.
Los auriculares se los compró en Ciudad del Este y el parche se lo dieron «por contrato»
Aéreos, estadía con desayuno en el lujoso Wish Convention Golf Center 5 estrellas y el buy-in al Evento Principal (R$2.600) fue el premio que obtuvo Oscar, aunque todavía le faltaba para, al menos, poder tener una comida diaria más después del mediodía. Él, un trabajador -un apasionado- no podía costearse los gastos. Por eso pidió ayuda y, claro, la consiguió: sus excompañeros del Polivalente le ofrecieron dinero y él lo aceptó. «Saben que soy una promesa en esto», dice con esa sonrisa que no lo abandona en toda la BSOP. «He ganado varios campeonatos en Jujuy, porque en Salta ya no se puede jugar. Pero eso: yo soy un jugador deportivo, juego tornes, nunca cash».
¿Nunca? «No, eso es timba, no es poker».
El Gauchito, como todos conocen a Sare, vive con su mujer Isabel y su hija Ambar, de tres años. «Tengo mi casita, vivo bien, pero imaginate: los techos son de chapa y las paredes está sin revocar. Y acá, la habitación en la que duermo vale tres o cuatro veces más que mi casa«.
Desde Salta se vino con Christophe Carrizo, un mexicano que está radicado en el Norte argentino y con el que Oscar comparte habitación para, de paso, dividir los gastos y hacer de su estadía algo más redituable. Jugó el Día 1B del Main Event de la BSOP, pero sin demasiada suerte… «Me voltearon un par de reyes… Yo lo tenía dominado hasta la cuarta carta, cuando me tira el all-in y le pago. Me da vuelta damas y yo bajo mis reyes. Y no va que en el river, en la última carta, cae la dama».
Lo suyo, dice, son los freerolls, los torneos gratuitos como los que lo trajeron hasta la BSOP en Foz de Iguazú. «Los que gané tuvieron más de 1.700 jugadores. Hace nueve años que juego poker online. Yo me considero como el mejor jugador de freerolls del mundo. Si me mido con los jugadores del mundo, les llevo una gran ventaja: juego cien mil manos más que ellos por mes. En la semana le meto seis horas, pero viernes, sábado y domingo, que no trabajo con el remis, le meto 16 ó 17 horas por día.
-¿Su mujer no le dice nada?
-Y… a veces sí. La que me dice es mi nena, que cada vez que me ve jugando me pregunta «papá, ¿estás haciendo platita?».
Oscar cuenta que en su casa se armó una oficina con una computadora y hasta una pantalla. Que juega hasta con seis o siete mesas abiertas en simultáneo y que sus nicks son oscarsare en PokerStars y 888poker y wowowowo en Aconcagua. Su próximo objetivo es empezar a arrasar en partypoker: un jugador de todas las canchas. «Donde juego en mi casa tengo papeles en todas las paredes con fórmulas matemáticas; soy un apasionado de las matemáticas», explica el Gauchito salteño.
-¿Usa softwares de apoyo o algún tipo tecnología?
-No, no, nada de softwares, no hacen falta. Mirá, imagínate que una vez PokerStars me bloqueó la cuenta porque decían que mi patrón de juego era muy raro. No me pueden leer.
-Entonces le dedica horas de estudio estudio al poker…
-Sí, un poco, sobre todo estudio rango preflop, fold equity… Ésa es la demostración de que el poker no es una timba sino que es matemático. Yo tengo muchas fórmulas, algunas las desarrollo yo… Hago de todo menos seguir a los jugadores famosos porque son un mal ejemplo.
¿Es pariente de Cristian Sare? «Sí, pero no sé si es mi primo o sobrino», dice Oscar
-¿Cómo?
-Sí, porque muestran que ganan manos imposibles y le quieren enseñar a la gente lo que no es. El poker es un sistema de envíos matemáticos: con una apuesta, vos le decís al otro jugador qué tenés o qué querés hacer.
-¿No mira poker por televisón? ¿Ni siquiera miró a Salas en la mesa final del Mundial?
-Sí, sí, claro, un maestro Salas. Lo miré todo. Pero te digo algo: jugó como un grande pero perdió como un fish. Cuando se jugó, eran las cartas correctas pero no la posición adecuada.
-¿Y de Negreanu, por ejemplo, qué piensa?
-Negreanu es un invento de la prensa, no es un jugador que vea cartas en buenas situaciones. Eso también es porque los que televisan editan y sacan cosas para que los jugadores piensen que con cartas pelotudas pueden intentar ganar.
-Pero…
-No hay buenas escuelas de poker: les enseñan al jugador a entrar con JJ en pozos que no; les enseñan a hacer call. Y el poker se trata de foldear, de tirar las cartas.
-Y sí… ¿A Christian Sare lo conoce? ¿Son parientes?
-¡Sí! Somos parientes. No sé si es mi primo o sobrino, pero somos parientes. Soy un admirador suyo, lo he seguido siempre, un capo, el mejor jugador del país. Y te lo digo sin conocerlo personalmente, porque yo lo conocí a través de CodigoPoker. Eso sí, tenemos la misma pasión.
-Aquí en Brasil jugó con unas gafas, una gorra, auriculares y hasta un parche de PokerStars en la camisa. Todo un profesional…
-Sí, la camisa era mía pero el parche me lo dieron como parte del trato. Y los auriculares me los compré en Ciudad del Este antes del torneo, je… Pero también jugué con un poncho en la falda, un poncho que me pongo siempre que juego. Era de mi viejo, que falleció hace 39 años, pero a donde voy el poncho va conmigo para que sepan que los gauchos también jugamos al poker.
-Después de esta BSOP, ¿le queda algún sueño por cumplir?
-Mi sueño ya está cumplido: estoy en el BSOP de Brasil, me siento un ganador. ¿Pero sabés por qué? Porque me di cuenta de la cantidad y calidad de amigos que tengo que me ayudaron a llegar hasta acá. Por eso yo ya me siento un ganador.