«No juego al poker por dinero»: Papo MC sorprende tras ganar US$12 millones
El ganador del Triton Million pasó por el canal de streaming OLGA y habló sobre su gran presente, entre muchos otros asuntos.
Por José Litvak
En un interesante artículo, Campa plantea un test para aquellos que sospechan tener problemas psicológicos con el poker.
Dice: “Dedica 15 segundos a cada una de las siguientes frases, piensa si te sientes o no identificado y cuenta con cuántas de ellas».
Y agrega: “Es posible que te hayas sentido identificado en una o varias, en ese caso es muy probable que tengas algún problema psicológico relacionado con el juego”.
Estimado lector, seguramente se sentirá profundamente frustrado, como nos ocurrió a nosotros, pero no pierda las esperanzas. Lo que sigue puede ayudarlo.
Este planteo es más usual de lo que nos imaginamos y algo hay que hacer.
Como en todos los ámbitos de nuestra vida, lo principal es reconocer y diagnosticar el problema, y si no podemos solucionarlo solos, hay que recurrir a la ayuda de terceros (amigos, familiares, terapeutas o hechiceros).
Dan Skolovy aporta cinco formas de enfrentar los estados de desesperanza y desequilibrio.
En primer lugar, hay que tomarse un descanso. Ver las cosas desde la distancia y desde otro punto de vista. Eso va a relajar la tensión. Lo que nos lleva al segundo consejo: “Ver las cosas en perspectiva”. Si jugamos bien nuestra mano, si somos buenos jugadores, ¿cómo vamos a permitir que un golpe de mala suerte arruine nuestro desempeño futuro como jugadores?
Lo tercero es reducir la presión que ponemos sobre nuestros propios hombros. La forma más fácil de hacerlo es disminuir el límite de apuestas con las que jugamos; será una buena forma de cuidar nuestro bankroll y temer menos por la situación financiera. El punto no sería recuperar sino cuidar el dinero.
Finalmente, si quedan dudas, sentémonos en la tranquilidad de nuestro hogar (a quien le parezca bien, con una copa de vino de por medio) a revisar racionalmente cómo estamos jugando, evitando ser demasiado duros o demasiado condescendientes con nosotros mismos. Analicemos el juego como lo haríamos si fuera el de un amigo. Pongamos distancia para evitar cargar de emotividad al asunto.
Scott Fishman dice: “tu rival más fuerte es tu propio comportamiento. Asegúrate de jugar enfocado” y aconseja auto examinarnos. ¿Estamos concentrados o no paramos de pensar en lo que perdimos