Hoy en día la escena del poker mundial se enfrenta a una situación bastante peculiar. Por un lado, muchos sostienen que aquellos que quieran aprender a jugar poker en la actualidad cuentan con tanto material disponible que hacerlo es más fácil que nunca. Pero en contraste, la mayoría de los principiantes se enfrentan a una incógnita que no deberíamos pasar por alto: ¿por dónde empezar? En este artículo intentaré ordenar brevemente los puntos importantes a tener en cuenta cuando lo que buscamos es mejorar nuestro juego.

No es lo mismo memorizar que aprender, eso está claro y aplica a muchos aspectos de la vida en general. Sin embargo en el poker, como en otras disciplinas, existe información que puede ser útil incorporar “de memoria” al menos en un principio. Mucha de la información básica (es decir introductoria, pero sin embargo necesaria) debe ser incorporada rápidamente para poder dedicar nuestro valioso tiempo a explorar en las posibilidades que abren nuestras decisiones.

Un ejemplo de estas bases son los porcentajes que corresponden a cada combinación en los diferentes cruces, como saber que en general un par contra otro más chico llevará una ventaja cercana al 80/20 o a qué tipo de enfrentamientos denominamos comúnmente “flip”. Otro aspecto básico pero incluso más importante es la capacidad de contar outs o estimar nuestras odds en una situación dada. Una regla mnemotécnica irreemplazable, por ejemplo, es: multiplicar x4 nuestras outs en el flop y x2 en el turn. De esta forma es muy fácil obtener un estimado muy cercano a las probabilidades reales de mejorar nuestra mano, y nuevamente liberaremos segundos para utilizar en niveles de pensamiento más profundos. Cuando nos encontramos en esta instancia, prácticamente todo el material que encontremos al respecto va a ser sumamente útil; sin ser siempre así con el material avanzado.

Lo siguiente que necesitamos es una estrategia medianamente balanceada que podamos seguir sin hacernos demasiado lío mental. Personalmente recomiendo priorizar la posibilidad de jugar con stacks pequeños porque esto limita la cantidad de errores posibles, pero cada uno se basará en su gusto personal a la hora de buscar qué formato aprender. La manera más fácil de conseguirla es descargando tablas de manos iniciales que no sean muy antiguas y que tengan el respaldo de un jugador respetado, como pueden ser David Diaz, ZeroS o Doug Polk. Todos esos nombres son de personas que dedicaron muchas horas de trabajo a pulir sus estrategias y en general sabrán muy bien en qué basan sus recomendaciones.

Una vez que dominemos estas estrategias sin tener que mirar esas tablas y entendamos por qué hacemos lo que hacemos, el siguiente paso ideal es enfocarse en las desviaciones de nuestras movidas estándar. ¿Por qué tendría sentido realizar un slowplay o un check-raise cuando en general hacemos lo contrario? ¿Cómo identifico un buen spot para un squeeze en lugar de pagar/foldear? ¿Por qué podría ser útil checkear en este flop cuando casi siempre apostamos? ¿Por qué no entendí nada de las últimas tres preguntas? La lista de desviaciones es larga y a medida que elevemos nuestro nivel se hará incluso más extensa, pero en un principio es recomendable limitar las situaciones en las que nos permitiremos esos lujos a spots donde tengamos el mayor control o información posible. Si no podemos explicar por qué lo hacemos, lo mejor es que no lo hagamos.

Podríamos ordenar según dificultad, de menor a mayor, las siguientes etapas del juego: preflop, postflop y river. Si nos proponemos el trabajo de dominar las tres (infiriendo que postflop engloba todo lo que ocurre luego del flop, pero principalmente en este y en el turn) paso a paso y en ese orden particular, no debería ser difícil ni tampoco debería tomarnos demasiado tiempo encontrarnos en un nivel donde gran parte de lo que hacemos se mantiene dentro de nuestra zona de confort. El consejo es siempre el mismo: encarar el tema, intentar asimilarlo y luego identificar las situaciones que nos alejan de tener el control. Una vez identificadas, no paramos hasta comprenderlas y luego repetimos el proceso.

El aprendizaje se basa, entre otras variables, fuertemente en la repetición. Un volumen importante de juego es clave no sólo para asentar los conocimientos nuevos sino también para ponerlos a prueba en diferentes situaciones. Mientras más, mejor. De esta manera nos enfrentaremos no sólo a spots en los que podremos identificar posibles ventajas, sino también a aquellas situaciones en las que no sabremos cuál es la movida realmente correcta en el largo plazo y eso es materia prima para un nuevo avance en nuestro nivel de juego. Habernos dado tiempo a dominar los puntos anteriores nos ayudará a tener un ojo crítico entrenado cuando nos encontremos en terreno poco claro y esto, sin ningún lugar a dudas, nos da la posibilidad de arreglarlo.

Cuando estemos ya acostumbrados a explicar lo que sabemos pero también a enumerar aquello que no, nos encontraremos en una situación excelente. Seremos capaces de asimilar mucha más información simplemente porque haremos las preguntas correctas. Podremos sacar el máximo jugo a cada consulta que hagamos a nuestros colegas, mentores o amigos que hayamos elegido como compañeros de estudio. Lo básico estará ya bastante lejos de nuestra posición actual y ya no harán falta notas o reglas mnemotécnicas. Pero hay algo que siempre hará falta y nunca deberías perder: alguien con quien hablar de poker.

Por: Hoozh

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