En principio, se impone distinguir los tipos de proyectos. No es igual tres cartas sucesivas o del mismo palo, que sólo dos. Tampoco si hay huecos en el draw a escalera. Las chances de concreción son diferentes y la posibilidades de nuestra mano también.
Veamos algunos ejemplos.
1. Tenemos A A y el flop muestra:
7 9 8
Nuestra potencia se ha reducido contra:
– 1 rival al 60,2%
– 2 rivales al 39,2%.
Si el turn trajera un 10 bajaría a:
– 1 rival 35,6%
– 2 rivales 13,9%
Otro caso. Las primeras tres cartas de la mesa son:
9 8 7
La probabilidad de ganar contra:
– 1 rival 73%,
– 2 rivales 55%
Y con los siguientes y posibles turns:
10 10 A 2
– 1 rival 54,3% 54,6% 87,5% 77,4%
– 2 rivales 29,7% 30,7% 78% 60,7%
Ultimo ejemplo. El flop:
10 8 Q
Probabilidades de éxito contra:
– 1 rival 79,21% – 2 rivales 63,2%
Y con estos posibles turns:
9 9 A 2
– 1 rival 58,6% 70% 83,4% 83,1%
– 2 rivales 35,5% 50,6% 72% 69,3%
Analicemos algunos datos interesantes que surgen de estos experimentos:
a – La notable disminución de potencia que se produce en el flop si se enfrenta a uno o a dos oponentes.
b – Las mayores disminuciones relativas no se provocan tanto por la diferente textura del board sino por la cantidad de rivales.
c – La aparición de un As en el turn, prácticamente no modifica las probabilidades relativas, porque las chances de éxito dependen del juego que ellos puedan armar y no del mayor o menor valor del nuestro. Por lo tanto, los draws que aparecen son preocupantes pero mucho más lo es el número de jugadores que enfrentamos.
Si los proyectos son difíciles de concretar podremos continuar en el juego, pero si son abiertos, con más probabilidad de concreción, y hay varios contrincantes aún, habrá que foldear o hacer grandes raises para evitar que compren el turn.
En estos casos el slow play es peligrosísimo, jamás lo recomendaríamos. Primero porque el o los otros podrían checkear también y verían gratis la cuarta calle. Por el contrario, si apuestan, es muy probable que paguen nuestro posterior raise, tanto por sus posibilidades de concretar juegos ganadores, cuanto por estar comprometidos con el pozo.
Para Brunson lo ideal es liquidar la ronda antes del flop o, cuanto menos, asegurárnosla: “Todo se resume a que con un par de Ases o Reyes estás esperando a que tu mano esté asegurada antes de jugar el pozo».