Inicio > Pensar Poker: el valor y la estrategia de juego con Q-Q

En el poker, como en la vida, las Damas son, tal vez, las más complejas de evaluar y, por ende, dificultan la decisión de cómo actuar con ellas. No son tan altas como los Reyes o los Ases, como para jugarlas siempre con seguridad, ni tan bajas como para desprenderse de ellas con facilidad al encontramos una oposición sólida.

Por ejemplo, veamos una situación típica que nos pondría en una encrucijada preflop: estamos en el botón, en la etapa intermedia de un torneo regular, todos los jugadores son razonablemente buenos y tienen un stack de más de 30bbs. Un rival sólido hace un raise estándar de tres veces la ciega grande desde posición media, y el ubicado en el cutoff (también sólido) resube a diez ciegas grandes. ¿Qué hacemos?

Todas las opciones tienen sus pro y sus contras. Si realmente creemos que hay serias chances de que alguno tenga K-K o A-A, podemos decidir foldear. Tenemos todavía un stack considerable, no estamos contra las cuerdas y enamorarnos de nuestras Damas puede resultarnos muy costoso y hasta arruinarnos (igual también que en la vida real).

Si creemos, en cambio, que en esta ocasión el openraiser abrió con un abanico de manos mayor y que el del cutoff puede estar resubiendo con un rango considerable como 9-9+ y A-J+, para explotar su posición, tal vez sea un buen momento para resubir o ir all-in en búsqueda de esas 14.5bbs que representan el 50% de nuestro stack, y correr el riesgo de que nos igualen con manos mejores. En algún momento del torneo tendremos que arriesgar nuestra estadía, y Q-Q es la tercer mejor mano de 1326 posibles. Lo determinante, en este caso, es la buena o mala lectura que hicimos.

Ante ese mismo escenario, si en lugar de Q-Q tuviéramos Jotas, Dieces o A-K, creo que deberíamos estar más inclinados a retirarnos. También, dependiendo de nuestra lectura, podríamos considerar igualar o resubir, pero es mucho más difícil devolverle las Damas al dealer que estas otras manos.

Las Damas son niveladas con la potencia de A-K. Se suele decir que Ases y Reyes son los pares premium, y luego vienen Q-Q y A-K. Sin embargo, y pese a todo, a mí me gustan más las Damas (como en la vida real). No sólo son ligeramente superiores en un match up: 54%-46%, sino, principalmente, al considerarlas enfrentando al resto de las manos iniciales, y sobre todo en momentos clave.

Por ejemplo. En la situación antes planteada, supongamos que decidimos ir all-in con nuestras Q-Q. Es seguro que los otros pagarán tanto con A-A y K-K y, tal vez, también con Q-Q. En el caso del jugador ubicado en el cutoff, que ya comprometió buena parte de su stack, quizás, hasta esté dispuesto a igualar también con J-J, 10-10 o A-K.

Si este último paga, estaríamos con dos manos (K-K y A-A) que nos dominan por completo, otras dos (J-J y 10-10) que tendremos dominadas, y otras dos con las que estaremos parejos (A-K y Q-Q).

En cambio, si tuviéramos A-K, prácticamente no habría posibilidad de bajar ganando, porque contra A-A estamos 7/93 en contra, contra K-K, 30/70, contra Q-Q, J-J o 10-10, 43/56 y contra A K, iguales.

Es muy raro que alguno de los oponentes decida pagar con A-Q o A-J o menor. Dos jugadores sólidos sabrán que es casi imposible que hayamos comprometido nuestra estadía con 30bbs en un 4-bet all-in con menos de un par alto o A-K en el peor de los casos.

Otra situación: ¿qué pasa cuando debemos jugar Q-Q y somos los primeros en actuar?

En rondas donde la acción nos llegue de fold o con algunos limpers, lo mejor sería aumentar, tratando de quedar heads-up en el flop.

Sabemos que es difícil conectar una tercera Dama, por ende, lo ideal será que “vuelen todas abajo”. Si esto sucede, seguramente, haremos una apuesta de continuación. Si el flop es seco (digamos J-2-6 rainbow) y nos igualan, habrá que tener cuidado y evaluar a nuestro rival y preguntarnos: ¿Es capaz de sólo igualar con top pair y checkear nuevamente en el turn? ¿Consideramos que con una Jota hubiera hecho check-raise y en realidad puede estar haciendo slowplay con un set?

Si el turn es otra carta baja y él checkea nuevamente, deberemos evaluar si continuamos apostando o ir a la quinta calle para ver cómo reacciona.

Si el flop mostrara muchos proyectos posibles (digamos, en un supuesto muy peligroso, 8 9 -Js-), creo que nuevamente lo aconsejable sería apostar. Si él nos iguala y en el turn aparece una carta terrible como, por ejemplo K o la mismísima Q que nos daría set (pero color a dos cartas en suit y escalera a cualquier 10), habrá que tener mucha precaución y en caso de que él pasara, el mejor consejo seguramente sea el de checkear también y ver qué nos trae el river, aunque estemos otorgando una carta gratis. Prefiero la prudencia al compromiso.

En ambos casos, si el river no nos favorece y nuestro rival apuesta de frente,probablemente estemos perdiendo contra casi todo su rango. Con algo pagó y llegó hasta el river.

Si el turn fue Q y con la quinta carta conectamos un full, tendremos una óptima oportunidad para llevarnos una buena cantidad de fichas (a menos, claro, que él muestre un poker o una escalera color, mientras nos vayamos del salón recordando gratamente al Dios del poker y a la familia del oponente).

La tercera hipótesis sería que el river muestre un Rey o un As. Si estamos heads-up, ya sea con posición o sin ella, lo más aconsejable sería hacer una c-bet medida. Si ganamos ahí mismo estaremos contentos, y si nos resuben, probablemente foldearemos convencidos de que conectó un juego mayor (aunque por supuesto puede no ser así).

En el supuesto que el flop vino con un As y checkeamos con posición, y el turn muestra una carta baja y el rival apuesta, no sabremos donde estamos parados. Podría tener el As o que piense (correctamente) que nosotros no lo llevamos, e intente llevarse el pozo con cualquier mano. En este supuesto, estaremos en una gran disyuntiva crucial. Como diría Hamlet: «¿Lo tiene o no lo tiene? Esa es la cuestión».

Habremos complicado una mano que podríamos haber jugado sencillamente. Además, estaremos obnubilados por ese As que apareció y que, por supuesto, “nunca lo vemos cuando subimos con A-K”. Dejaremos de pensar en otras posibles combinaciones que podría tener el otro y que también nos estarían ganando. Si decidimos igualar en el turn y en el river, con seguridad estaremos invirtiendo más de la cuenta y con más dudas que las que tendríamos si hubiéramos apostado en el flop.

Tratemos siempre de no hacer difícil lo fácil. El poker ya es un juego de por sí complejo como para complicarlo aún más y, muy especialmente, cuando no lo amerita.

Conclusiones:
1) Si somos el primero en subir, intentemos jugar Q-Q heads-up.
2) Si enfrentamos reraises, analicemos meticulosamente a los rivales que los proponen y los posibles rangos que podríamos estar enfrentando.
3) Si el flop aparece con cartas altas, es preferible apostar allí mismo para saber dónde estamos parados. Llevaremos el pozo en más oportunidades de las que creemos o sabremos que tenemos que abandonar sin tanta inversión.
4) Seamos precavidos pero, si lo amerita, no dudemos en arriesgar un torneo con Q-Q, especialmente en instancias finales. Los que foldean una gran mano, con frecuencia terminan arriesgándolo con una menor.

Por José “el Profe” Litvak Flag of Argentina

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