Según el TeamPokerStars Pro Daniel Negreanu , «KQ es la mano que los principiantes y no muy experimentados juegan mal con mayor frecuencia. Parece fuerte y estar a la altura de combinaciones como AK y AQ, pero, de ninguna manera, compite en la misma liga que esas cartas premium.
Los novatos las suelen sobrevalorar cuando en el flop forman una pareja o, más aún, un top pair. Por ejemplo, Q 5 2 parecería un board excelente, pero puede ser muy peligroso si alguien tiene: 22, 55, QQ, AQ, KK o AA. Un experto, aún con ese flop, es capaz de foldearla si percibe fortaleza en el rival.
En cambio, la mayoría de los amateur no son lo suficientemente sofisticados como para saber cuándo jugar la mano hasta el showdown y cuándo dejarla ir. Es que KQ pocas veces aguanta hasta el river, porque hasta una mano débil como A3 le ganará a la larga».
Creo que la síntesis de Negreanu es suficientemente ilustrativa y, para confirmar su opinión, conviene analizar un poco de números. Veamos.
Para ganarle a un Ax, el board debe mostrar necesariamente una K o una Q y no un A. En otros términos, debemos mínimamente concretar un par para no perder contra carta alta.
¿Y qué chances tenemos de que ello ocurra? Veamos: el 17,2% de las veces (cada 6 rondas) habrá una K en el flop y el 35,3% (cada 3 rondas) lo veremos hasta el river. Y lo mismo ocurre con una Q.
Entonces, la probabilidad conjunta de que aparezcan cualquiera de las dos cartas con las que conformaríamos el par es: 1) 34,4% en el flop (1 de cada 3 rondas). 2) 70,6% hasta el river (2 de cada 3 rondas).
Claro que, si alguien lleva un A en su mano, concretará su pareja cada 6 rondas en el flop y cada 3 hasta el river. Por ende, según el kicker que lo acompañe, perderemos: 1) contra AJ o cualquier kicker menor, el 60% de las oportunidades (3 de cada 5 rondas). 2) contra AQ y AK el 74% de las oportunidades (3 de cada 4 rondas).
Como se aprecia, en este escenario el panorama no es para nada auspicioso. Entonces, aparece la pregunta obligada: ¿qué probabilidad hay de que alguien tenga un A en su mano, considerando que nosotros no lo llevamos? Respuesta: eso depende de la cantidad de jugadores. Veamos.
Como se ve, el fantasma de las K Q son los Ases que acecharán muy a menudo, seguramente mucho más de lo que muchos imaginan.
Pero, a «sí» desesperar, porque en el Poker las cosas siempre pueden ser peores. ¿Por qué? Porque, aunque nadie lo reciba, el sólo hecho de ver uno en el board nos producirá incertidumbre, muy especialmente ante posibles apuestas, circunstancia que podría inducirnos a foldear.
En consecuencia, como dice el, quizás, mejor jugador del mundo, KQ no es una mano para llegar y ganar en el showdown. Su valor reside en conectar con el flop y no competir contra Ases, para lo cual se impone haber limpiado la mesa de los que los llevaban con kickers menores y tratando de resolver la cuestión en el flop, induciendo al abandono ajeno o foldeando nosotros, según lo aconseje la textura del board.
Desde las primeras posiciones, y pese a lo que muchos pueden pensar, aparece como una mano foldeable, en tanto no sería recomendable exponerse a soportar una casi segura resubida, salvo en contados casos. Desde medias y finales, habrá que proponer open raises que induzcan a quedar heads up o, cuanto mucho, three handed para ver el flop.
Luego de las tres primeras comunitarias, la historia y la estrategia comienza nuevamente. Pero eso lo analizaremos en otra entrega.
Por José “el Profe” Litvak
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