Scotty Nguyen es una de las figuras más extrovertidas y divertidas que tiene el universo del poker en la actualidad. Es también poseedor de una impresionante carrera en torneos en vivo donde acumula más de diez millones de dólares de ganancias y varios brazaletes de la World Series of Poker, incluyendo uno del Main Event y otro del prestigioso Poker Player´s Championship. Es mundialmente conocido por la frase que inmortalizó antes de ganar el Main Event (If you call it´s gonna be all over, baby) y desde entonces la muletilla lo siguió para siempre.

También fue muy criticado por haberse excedido en cervezas durante la mesa final del Poker Player´s Championship lo que lo llevó a tener un comportamiento no muy apropiado con sus oponentes. Scotty terminó ganando el torneo y se disculpó pocos días después. Este incidente no le impidió, por supuesto, ser el miembro más reciente del Poker Hall of Fame.

Pero todo comenzó muchos años antes en Vietnam, su país natal. Y no fue nada sencillo para él llegar hasta donde se encuentra en este momento.

1. De Vietnam a Las Vegas con escalas

Scotty nació en un pequeño pueblo de Vietnam durante la época de la guerra en ese país. Fue el mayor de ocho hermanos pero vivía además con cinco primos que habían sido adoptados por sus padres. Entre los horrores de la guerra, fue su madre la que le enseñó a Nguyen a jugar al poker y él recuerda que la modalidad era «algo que parecía Blackjack y, por supuesto, 5-Card Stud». Sin embargo, Scotty no veía en en el poker una posibilidad de ganar dinero y decidió, entonces, convertirse en una especie de revendedor: iba a los campamentos estadounidenses y compraba chicles, cigarrillos, dulces y otras cosas y lo revendía en el pueblo por valores mucho mayores. «Tenía once años y a los soldados les causaba gracia y me tomaron cariño, por eso me vendían cosas», recuerda.

Nguyen siguió con esa actividad hasta los catorce años cuando fue llamado, junto con su hermano, para unirse al ejercito de su país. Su madre, sin embargo, vendió todas sus propiedades para pagar un pasaje con el que ambos hermanos pudieron escapar de Vietnam y aterrizaron en Taiwan donde, poco después, fueron enviados a Estados Unidos bajo la protección de una familia. Sin embargo, el sueño americano no podía estar más lejos pues ambos fueron separados y Scotty terminó trabajando largas jornadas con su nueva familia y sin poder pedir ayuda pues no hablaba ni una palabra de inglés,

Su suerte dio un giro cuando, durante una fiesta en la que él servía como mesero, pudo hablar con una persona que hablaba vietnamita y gracias a sus conexiones le encontró una nueva familia que resultó ser mucho mejor. «Fueron muy buenas personas, aún los llamo mamá y papá», afirma Nguyen, «Tuve mi propio cuarto y podía salir con mis amigos. Gracias a ellos asistió a la Universidad aunque dejó sus estudios para conseguir trabajo y ayudar a su familia en Vietnam.

No pasó mucho tiempo antes de que Scotty se cansara de trabajar por menos del salario mínimo y fue entonces cuando, junto a un grupo de amigos, decidió viajar a Las Vegas en busca de oportunidades. «En aquel entonces el imaginario colectivo decía que había dos lugares donde se podía hacer fortuna: Las Vegas Hollywood», recuerda. Hay que aclarar que Scotty no estaba pensado en poker en ese momento: llevaba cinco años en Estados Unidos y no había tocado un naipe. Además, estaba casi en bancarrota; entre el grupo de seis amigos tenían sólo $1.500 dólares.

Su aventura no empezó de la mejor manera: el grupo de amigos descubrió las máquinas tragamonedas apenas cruzar la frontera del estado y en poco tiempo se quedaron con sólo $50 dólares. Estando tan cerca de Las Vegas decidieron aún así viajar al centro y, mientras cenaban, Scotty consiguió su primer trabajo en esa ciudad: camarero en un restaurante de baja monta.

Cuando cumplió 21 años Scotty tenía muchos amigos entre la gente del casino y, gracias a un jefe de piso, consiguió entrar a la escuela de cropiers y cuando tuvo la mayoría de edad comenzó a repartir cartas en la partida de Texas Holdem del Holiday In Casino. «Allí fue donde me di cuenta que podía ganar dinero con el poker», recuerda, «mientras repartía cartas me daba cuenta que los clientes jugaban muy mal y estaba seguro que podía ganarles».

Nguyen comenzó a ahorrar una parte de su sueldo y un día decidió que volvería al casino pero no como croupier sino como jugador. Durante sus primeras sesiones ganaba constantemente y en un momento se encontró con un bankroll de $15.000 dólares. En una de sus partidas habituales se enteró de un torneo de PL Omaha con rebuys que rápidamente llamó su atención: «Había varias razones por las cuales jugar ese torneo era mala idea», revela, «no sólo no había jugado un torneo jamás sino que desconocía por completo la modalidad de Omaha».

Los dioses del poker fueron amables con Nguyen y, tras hacer cuatro rebuys, consiguió llegar al Heads-Up contra Seymor Liebowitz, un jugador reconocido de la época en Las Vegas. Ambos llegaron a un acuerdo y se repartieron $85.000 dólares cada uno. Era el mejor momento de Nguyen, quien rápidamente descubrió lo que era una buena racha.

Con el dinero del torneo Scotty jugó en todas las partidas disponibles, incluso en aquellas cuyas modalidades no había escuchado jamás. Pero ganaba de forma regular y su éxito no se limitaba a los juegos de cartas. En los dados hacía de forma regular $30.000 dólares por noche: «En once días había ganado $700.000 dólares y en un punto tenía un millón de dólares», recuerda, «Un millón con 23 años de edad».

Scotty recuerda que había momentos en los que apostaba en una sola parada más de lo que una persona ganaba en un año. Estaba en la cima, viviendo en habitaciones de hoteles que costaban $3.000 dólares por noche y viviendo una vida de ensueño.

Pero en tres meses todo había terminado: «Lo perdí todo jugando a los dados. En cuatro horas en el Caesars Palace perdí un millón de dólares y estaba en la bancarrota».

Esta es la primera parte del perfil de Scotty Nguyen. La segunda y última parte se publicará el próximo martes 3 de diciembre.