«Dicen que el sol ve tu cuerpo, pero solo la luna ve tu alma». Esa frase es perfecta para describir al protagonista de esta nueva edición de los Viernes Freak. Se trata de un alma gambler, como la que tenía un joven llamado David Threlfall , quien el 10 de abril de 1964 hizo una curiosa apuesta en un casino del Reino Unido.

David Threlfall se hizo célebre en el Reino Unido a raíz de esta curiosa apuesta.

Este amante de la ciencia ficción puso 10 libras en juego, una cifra considerable para la época (al cambio de hoy, algo así como US$230), apostando que el hombre llegaría a la luna antes de que finalizara la década de 1960 y la casa de apuestas que aceptó le dio odds de 1.000 a 1.  

La apuesta, para tener éxito, debía cumplir las siguientes exigencias:

«Cualquier hombre, mujer o niño, de cualquier nación en la Tierra, pise la Luna o cualquier otro planeta, estrella o cuerpo celeste de distancia comparable de la Tierra, antes de enero de 1971».

Los medios de la época se enteraron de esta noticia y tras su publicación, las apuestas de alunizaje se hicieron increíblemente populares en el Reino Unido, donde durante décadas se habían aceptado apuestas que iban desde pronósticos meteorológicos hasta resultados electorales.

A finales de 1964, las probabilidades ya habían disminuido: 100 a 1 para el programa espacial ruso y 150 a 1 para el programa espacial estadounidense.

• Un pequeño pase para el hombre, una gran victoria para el gambler

Con los avances tecnológicos, el alunizaje parecía más cerca y por lo mismo las casas de apuestas tomaron sus resguardos. Después de la misión Luna 9 en abril de 1966, fue más claro para los corredores que la apuesta de David Threlfall podría materializarse a su debido tiempo. No es sorprendente que las probabilidades en la luna cayeran a 8 a 1 y luego a 2 a 1 después de la misión Gemini 9 en junio.

Durante muchos años, David no pudo pensar en nada más que en las palabras del presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy , quien en 1961 había predicho: «Antes de que finalice la década, el hombre irá a la luna».

Y así, tras años de espera, el 16 de julio de 1969 el Apolo 11 partió hacia la luna y ya sabemos cómo sigue la historia: el 21 de julio de 1969, la apuesta 1.000 a 1 de David Threlfall se hizo realidad, convirtiendo a ese chico amante de la ciencia ficción en una celebridad en el Reino Unido. Tanto que los medios de televisión de la época lo invitaron a ver cómo Neil Armstrong daba el primer paso de la humanidad en la luna y de paso acuñaba la celebre frase: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad».

Todo esto bajo la atenta y emocionada mirada de David, quien gozaba con el momento y con la alegría de tener £10.000 en sus bolsillos, algo así como US$280.000 de la actualidad.

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