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LLega la Winter Online Super Series con US$20 millones a ACR Poker
Desde etse domingo hasta el 25 de noviembre la WOSS se apodera de las mesas de ACR Poker.
Hace unos días, Phil Ivey se transformó es uno de los primeros jugadores confirmados para el torneo de un millón de dólares la entrada, una cifra impactante para el común de los mortales, incluido para el Ivey de hace algunos años cuando era un joven soñador que estuvo a punto de quedar en banca rota y del que hoy se trata esta nueva edición de los Viernes Freak.
La historia comienza con el polémico empresario Larry Flynt , quien falleció hace un par de años. El empresario, aparte de hacer una fortuna en la industria de la pornografía, también fue un adicto al poker. Fanático de la modalidad Seven Card Stud, durante años organizó partidas privadas de High Stakes en las que un joven Phil Ivey estuvo a punto de terminar prematuramente su carrera como jugador profesional.
Eran finales de los años 90 y Ivey había logrado construir un bankroll que le permitió viajar a Beverly Hills en busca de partidas de alto nivel con empresarios millonarios a los que pudiese desplumar.
Fue allí cuando conoció el nombre de Flynt, quien por ese entonces estaba gozando de su fortuna obtenida por la revista para adultos Hustler y con su casino del mismo nombre en el que tenía partidas de poker high stakes. Mientras que el común de las casas de apuestas era ofrecer mesas de ciegas US$100/$200 hasta US$400/$800, Larry elevó el listón a US$4K/$8K.
Sin embargo, a los clientes de los casinos no siempre les gusta jugar con esas cifras en público y prefieren los juegos privados. Y como el cliente siempre tiene la razón, Larry creó su propio Home Game en una villa de Los Ángeles. Y al dueño de casa le gustaba el Seven Card Stud, casualmente el juego que Phil Ivey practicó al principio de su carrera en el Atlantic City.
Durante el inicio de su carrera, Phil se las arregló para acumular un presupuesto de alrededor de US$170.000 para jugar. Es el mismo Ivey quien relató su experiencia en una entrevista: «Volé a Los Ángeles porque quería sentarme en estas mesas privadas de high stakes. En cuestión de horas me arruiné, quedé completamente arruinado».
Pero no se rindió, Y menos mal. «Empecé desde cero y reconstruí todo, así que me presenté de nuevo en la casa de Flynt con una cuenta de US$200.000». Sin embargo el asunto no fue diferente: «Lo perdí casi todo nuevamente, quedé con solo cuatro o cinco mil dólares. En ese momento decidí no darme por vencido y con mucha paciencia revertí la situación para terminar el día en ganancias».
Lo que no contó Ivey en esta entrevista es que fue Barry Greenstein quien al ver el talento de Ivey le ofreció financiamiento para seguir jugando. El Robin Hood del poker estaba buscando «caballos» que jugaran para él en estas partidas high stakes, dado que algunas «ballenas» se negaban a jugar contra él porque no podían ganarle.
Ivey llegó a deberle medio millón de dólares a Greenstein. «Me debía US$500K pero estaba tranquilo porque sentí su talento y sabía que podría ganar», contó Barry en una entrevista. Sin embargo, las cosas siguieron mal para Phil y Barry le dio un ultimátum. «Si pierdes estos últimos US$150K, se acaba todo».
En una de esas largas partidas, la sesión ya estaba acabando y Phil era el shorstack. «Flynt anuncia la última mano de la noche y choca con Ivey», dice Greenstein. Es la mano de la vida para Phil. Si gana, tendrá la oportunidad de jugar un día más en esta mesa millonaria; si pierde, estará fuera, quizás para siempre».
La mano de Ivey era débil y llegó al river con la presión sobre él, pero Flynt no tenía nada e hizo un bluff por 8.000 dólares. Los fantasmas de su pasado como micro-limitero volvieron a pasar por su mente, pero Ivey no tenía miedo y mandó all-in y ganó la mano junto con la oportunidad de trabajar un día más.
Desde ese momento, la carrera de Ivey no paró más. Pero amigos, esa es otra historia…