El dinero tiene un significado dual dentro del mundo del poker. Sin embargo, hay que tratar de olvidarse de él durante una sesión en las mesas. Por una parte, el dinero es la recompensa final que se tiene al realizar una buena jugada pero también representa un castigo en el momento que se pierde por un mal movimiento, varianza o bad beat.
Aunque existe el famoso dicho «el dinero no lo es todo en la vida», es cierto que no se puede escapar en la utilidad tan importante que tiene para nuestros días. En el poker cobra un papel protagónico al representar una pieza clave en el juego en sí. Uno gana, pierde y realiza una apuesta en función del dinero que está en la mesa, aún así, se debe ver cómo una pieza más del juego sin un sentido de posesión que genere sentimientos hacia él.
Se dice que el poker es un juego con resultados a largo plazo, tanto en conseguir una tendencia favorable de cierta jugada, así como la inclinación en una gráfica de resultado. En el corto plazo, cualquier cosa puede pasar, tanto perder tres veces seguidas con A A como tener semanas sin cobrar en torneos o perdiendo 3 cajas por día. En ambos casos, puede que no refleje la realidad del buen juego que se está realizando.
Muchos jugadores afrontan una sesión de cash game fijándose constantemente cómo van lo resultados o temiendo hacer una determinada jugada en el momento que se ha decidido parar de la mesa por miedo a terminar el día en negativo o tener un número determinado de ciegas. Ambos casos representan un error de conducta que afecta la decisiones que se toman.
El dinero debe verse como un elemento más del juego, es parte de la estructura y el valor dentro de la mesa debe ser comprendido como un elemento que ayuda al flujo de dicho juego y no un fin como tal. Ciertamente el gol en un partido de fútbol determina el equipo que gana, pero llegar a marcarlo es solo la consecuencia de que todos los jugadores hayan hecho las cosas bien y el número de goles en un determinado partido, por lo general, no determinan el ganador de la liga o campeonato.
Hay que olvidarse por completo del valor que tiene el dinero a la hora de sentarse en la mesa. Tal vez, los jugadores de torneos lo tienen más fácil, pero en términos prácticos el funcionamiento es el mismo: solo son fichas que ayudarán a desarrollar el mejor juego posible.
La próxima vez que se enfrenten a una sesión, deben dejar las sensaciones de miedo o alegría al perder o ganar un bote a un lado y enfocarse en tomar las mejores decisiones.