Daniel Ramírez puede catalogarse algo así como el jugador revelación en la escena del poker colombiano, en esta temporada 2015. El hoy competidor profesional en esta exigente disciplina mental, ha logrado que su nombre genere una recordación y un impacto inmediatos después de encadenar una seguidilla de triunfos de una magnitud que no registra antecedentes en el historial del juego ciencia del siglo XXI para un criollo. A pesar de no contar con mayor reconocimiento en los círculos del poker nacional y latinoamericano, Daniel irrumpió con fuerza en los eventos de élite, teniendo como punto de quiebre su destacada figuración en el Evento Principal Low del Spring Championship of Online Poker (SCOOP) de PokerStars, donde alcanzó el top 20 entre más de 22 mil jugadores:
“Mi visión del poker cambió este año. Decidí pasar de tomarlo como un hobbie a convertirlo en mi profesión. Yo era consciente de que tenía un conocimiento acumulado durante 6 años como jugador recreativo, una base teórica que ya me había estado mostrando que podía darme buenos resultados, especialmente en las competencias online. El alza constante que ha tenido el precio del dólar en Colombia me hizo pensar que si me dedicaba lo suficiente en el estudio, si era disciplinado y empezaba a tomar el poker como un trabajo, podía llegar a vivir muy bien como profesional de este deporte”, afirma Ramírez al preguntarle por la razón principal para explicar su increíble crecimiento en los paños.
Siendo consecuente con esa nueva perspectiva, el paisa salió a correr por sus sueños y a fe que ha conseguido empezar a materializarlos. Los cobros en las competencias virtuales se le fueron convirtiendo en un hábito y pudo fortalecer así tanto su banca como su confianza, para no detenerse en el exigente camino que eligió: “Venía teniendo cobros muy importantes en línea y de manera regular. Semanalmente podía ganarme entre 800 y 1000 dólares, hasta el momento en que se dio ese gran avance que tuve en el SCOOP.
A pesar de que mi cobro estuvo muy lejos de los 217 mil dólares de premio que recibía el primero de ese torneo, y de la tristeza que causa saber que estuve tan cerca de una recompensa mucho mayor y no pude conseguirla, lo que pasó en esa ocasión me dio razones muy grandes para creer en mí como jugador y convencerme de que estaba en capacidad de competir en cualquier evento, contra cualquier rival”, declara el que hasta ahora ha sido el único colombiano que llega a una mesa final de un Evento Principal del Latin American Poker Tour (LAPT), en este 2015.
Con esa fortaleza mental como punto de partida, Daniel se ganó a pulso la oportunidad ideal para arrancar en firme su proyecto de profesionalización en el poker, al clasificarse por vía satélite al Evento Principal del LAPT de Lima , disputado en julio. En días previos a esa cita con la élite del poker latinoamericano, Ramírez, identificado en las pantallas con el nick de dramir100, había arrasado en los torneos clasificatorios, lo que le dio alas a sus ilusiones: “Yo siempre he afirmado que las competencias internacionales significan un riesgo muy alto para el jugador, porque la banca se puede debilitar mucho al pagar todos los gastos que implica un viaje. Por fortuna cada vez que he viajado, he contado con la suerte de haber tenido muy buenos resultados en los satélites. Para Perú me había ganado 4 asientos y 2 paquetes completos de viaje, es decir, 6 entradas en total. Eso me permitió llegar a jugar el torneo sin angustiarme por lo económico, incluso con una rentabilidad conseguida desde el principio, con las sillas que podía vender”, explica el antioqueño.
Pero las razones para explicar esa fuerza que le permitió a Ramírez entrar por la puerta grande al circuito latinoamericano, no se encuentran solo en las posibilidades que se le dieron en las mesas. Para hacerse profesional del poker, Daniel contó con un entorno ideal gracias a la independencia que se generó para él luego de iniciar una vida en pareja con su esposa Melissa, la gran cómplice de su carrera:
“Después de mi matrimonio pude empezar a vivir en mi propio espacio y dejar atrás los impedimentos que me causaba la oposición de mi familia frente a la idea de dedicarme al poker, un proyecto con el que mis padres nunca estuvieron de acuerdo. Melissa creyó en mí y en mis planes desde el principio y en ese momento, cuando pasó a ser parte de mi familia, su presencia a mi lado me dio mucha más seguridad y más razones para demostrar que estaba tomando la decisión correcta.
Ella es mi mejor ayuda para que pueda dedicarme al poker con todo lo que el reto de ser profesional en este campo implica. A menudo hay muchas cosas de la vida cotidiana que no podría hacer por mí mismo, como cocinar o encargarme de las tareas domésticas, y mi esposa es siempre la que está ahí para que yo no tenga que interrumpir una sesión, para que pueda alimentarme bien mientras juego un torneo, para que todo funcione sin contratiempos”, relata dramir en un tono de confesión.
Así llegó el momento de arribar a la cita en el país inca y la convicción de Daniel alcanzó su punto más alto: “A muchas personas les resultó una sorpresa verme en la mesa final del LAPT, porque yo nunca había viajado a un torneo tan importante como ése. Sin embargo era algo que yo veía completamente natural que llegara a darse. Fui convencido de que iba a estar en la mesa final y de que podía pelear por el título, porque en los satélites había enfrentado ya a muchos de los jugadores regulares y reconocidos que iba a tener como rivales en Lima y mis resultados habían sido los mejores. Tenía confianza y sabía que podía encarar mano a mano a cualquiera de esos jugadores, por reconocidos y famosos que fueran. Si alguien había hecho méritos antes del evento para hacer un buen torneo, era yo”, analiza Ramírez con una lógica que logra persuadir.
En Lima , Daniel estuvo a muy poco de poder verse en la imagen de sus sueños, con la pica de campeón y las cartas ganadoras entre sus dedos. Al final fue un tercer lugar, que le dejó un saldo favorable de casi 72.000 dólares, ideales para seguir impulsado en su carrera, que tenía a continuación otra prometedora estación en la parada de las Brazilian Series of Poker (BSOP) Millions que se jugó en Sao Paulo , pocos días después. El paso por el país de la samba fue más un bálsamo para superar el golpe de no haber logrado el título en Perú, ya que esta vez la varianza no le permitió un gran avance:
“Al final del LAPT salí con un sabor amargo porque al iniciar el 3-handed, yo era shorty y tratamos de hacer un deal y no se pudo. Luego pasé a ser chipleader y abrimos otra negociación, pero tampoco se dio. En ese momento, cada uno se habría quedado con 100 mil dólares y seguiríamos jugando por 20 mil adicionales y el trofeo para el campeón.
Al terminar de tercero, me quedaron dando vueltas en la cabeza esos 30 mil dólares de diferencia, que para mí representaban una gran cifra, además de que tenía muchas ganas y mucha ilusión de quedarme con la pica; pero fue un gran aprendizaje y me queda pendiente poder lograr pronto ese título que no se dio”, rememora este novel miembro de la armada colombiana.
Después de esa especie de gira suramericana, Daniel llegó a la convicción de que podía tener resultados tan positivos en vivo como los que ya había registrado online. Se concentró en fortalecer su banca, mantuvo el foco en lograr nuevos cobros en los paños virtuales y poco tiempo después volvió a la carga en competencias en directo, pero esta vez con el norte bien puesto en su brújula. El paisa tomó rumbo a los Estados Unidos para buscar pozos aún más generosos y medir su nivel frente a la verdadera élite del poker mundial:
“Soy un jugador al que le gusta imponer sus condiciones. No llego a un torneo mirando qué jugadores están en mi mesa y cómo adaptar mi estilo al suyo. Lo que intento es lo contrario: que los rivales tengan que adaptar su estilo al mío, que mi juego los incomode y les haga sentir presión.
Jugando en Estados Unidos, en torneos como el Evento Principal del World Poker Tour (WPT) en el Borgata, que garantiza un pozo de 3 millones de dólares, pude captar mucho mejor la magnitud de lo que es el profesionalismo en el poker: me encontré frente a las mejores estructuras de juego, compitiendo con los mejores del mundo y logré avanzar hasta el Día 4, que es muy significativo, aunque solo haya alcanzado los 10.000 dólares de los cobros menores.
Darme cuenta de eso y ser fiel a mi estilo me ayudó a ganarme pocos días después un evento lateral en el mismo festival, con un premio de 18 mil dólares, que si bien no era siquiera cercano a lo que se pudo cobrar si llegaba a los primeros puestos del Evento Principal, si me demostró que lo que había pasado en Perú no era una coincidencia”, detalla Ramírez, sin olvidarse de que su gira norteamericana también había empezado con pie derecho: “La mejor prueba de que seguía acertando en mis decisiones fue llegar a Estados Unidos para quedarme con el trofeo en el Deepstack del Hard Rock Hollywood, que también será uno de los momentos que más recordaré dentro de todo lo que he vivido en el paso del poker online al poker de élite en vivo”, anotó Daniel.
Con estos incuestionables resultados, dramir no solo se ganó un espacio y un reconocimiento en la escena del poker colombiano, sino que también pudo confrontar esa visión de sus padres, que mantuvieron las dudas que naturalmente genera para una familia de empresarios el ver a su hijo dejando de lado su oficio como administrador de empresas en una próspera comercializadora de llantas, para apostar por ser profesional en un deporte mental que muchas personas aún no logran distinguir de un juego de azar, como los que convencionalmente se valen de la baraja:
“Recuerdo que el mismo día que renuncié a la vida de oficina, logré ganar mi paquete de clasificación para el LAPT de Perú. En ese satélite solo se entregaba el paquete para el evento y no había ni siquiera un dólar para el segundo. Cuando llegué al heads up estaba superando 2 a 1 en fichas a mi rival y, luego, él logró ponerse 2 a 1 arriba. Tenía mucha presión encima por lo que significaba ganar o perder en un momento tan simbólico. Me concentré y le di vuelta a la situación y pude irme a Lima ”. Y desde entonces, ya conocemos la historia.
Ahora, Daniel reconoce que, si bien no cuenta aún con un apoyo decidido de sus padres, sí se ha ganado un profundo respeto frente a lo que hace: “Mis resultados tendrán que mostrarle a mi familia que lo que he decidido hacer con el poker sí es posible, si se tienen como bases el estudio, el trabajo y la dedicación. Como decimos en Antioquia , a mis padres ya les tocará darse a la pena y entender que tienen un hijo que se dedica a este deporte.
Mi mamá siempre me enseñó que uno en la vida puede hacer lo que quiera si encuentra la forma de hacerlo bien. Yo ahora le puedo decir que estoy siguiendo ese consejo: Estoy enfocado en el poker de una manera competitiva, estudiando fuerte, trabajando duro y comprometido a mejorar día a día.
En mi juventud intenté dedicarme al tennis, y aunque fui bueno, no logré llegar al profesionalismo. Mi posibilidad de ser un deportista profesional se está dando ahora con el poker y quiero aprovecharla. Eso no quiere decir que yo haya renunciado a la posibilidad de ser un empresario, tampoco. Sé que lo puedo hacer, pero quiero que ese momento llegue cuando ya tenga un capital significativo y, seguramente el poker me ayudará a que sea así”, analiza Ramírez con la misma visión estratégica que lo caracteriza en los paños.
En esa perspectiva, Daniel llega de nuevo a un escenario ideal para que sus decisiones se revaliden. En cuestión de semanas, el profesional hará maletas para volver a Sao Paulo , donde ya tiene 6 sillas reservadas a su nombre para la fecha final de las BSOP Millions, una de ellas acompañada por los gastos de viaje, obra y gracia de otra exitosa oleada de satélites previos a la gran cita de cierre de temporada para la élite latinoamericana del poker. Al tiempo ha logrado otra importante seguidilla de cobros online, que le permitirá contar con absoluta estabilidad económica para ir a Brasil a encarar este reto.
Y como si la vida quisiera poner todas las bendiciones posibles a su alcance, al lado de su esposa Melissa, que ya era su mejor razón para mantenerse a la vanguardia en las competencias que enfrenta, Daniel se ha encontrado con otro motivo para acrecentar aún más su empeño por potencializar su rendimiento en su profesión: “Saber que voy a ser padre es la mejor noticia que he recibido en mi vida. Estoy muy contento, pero también consciente de que será una responsabilidad muy grande, para la que debo prepararme día a día, construyendo una estabilidad económica que me permita brindarle todo lo que quiero a un hijo. Ahora sé que tendré que ser mucho más disciplinado con las jornadas de trabajo, ser más juicioso y organizar mejor mis tiempos, porque con un bebé en casa, tendré que ayudar mucho con las tareas del hogar”, reflexionó el futuro padre.
Así se cerró este diálogo del sorprendente jugador paisa con CodigoPoker, en el que se despidió dejando en claro que después de su gran actuación en el LAPT de Perú y la forma en que ratificó sus progresos en la gira que emprendió por la cuna del poker, no podría tener un objetivo distinto al de alcanzar un nuevo título para cerrar su fabulosa temporada de estreno en las competencias de élite del poker internacional:
“Al llegar de Estados Unidos, yo había dicho que no quería viajar a Brasil, porque llevaba ya 2 meses por fuera del hogar y me sentía bastante cansado. Pero al ver que va a ser el evento más grande del año en Latinoamérica, que la gran mayoría de los grandes jugadores se harán presentes en él y que será una muy buena competencia, con un nivel altísimo, me animé a intentar mi clasificación y, al conseguirla, tengo claro que no puedo ir solamente a competir, sino que mi aspiración tiene que ser ganar, buscar la mesa final y darlo todo para traer un trofeo al regreso”, fue la declaración de principios de dramir.