A sus 30 años de edad, Freddy Torres ha conseguido un sitial de privilegio como uno de los más emblemáticos jugadores de poker de Colombia , especialmente en la modalidad de cash game. Tras una carrera relativamente corta en este complejo deporte mental, este llanero de nacimiento empieza a recoger los frutos que la constancia, el estudio y el afán continuo de superarse como jugador le han ido generando. Seguramente, ni él mismo alcanzó a pensar que su desempeño en las mesas llegaría a permitirle una cosecha tan generosa, cuando inició su afición por el poker, siendo un estudiante de medicina en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá .
“Conocí el poker más o menos en el año 2005, cuando las cadenas deportivas empezaron a pasar por televisión los eventos más importantes del mundo, generando curiosidad en muchos de los que seguimos la actualidad deportiva, respecto a esta actividad. Empecé a jugar torneos con los compañeros en la universidad, simplemente por diversión. Jugábamos por moneditas, torneos con costos muy bajitos. Creo que muchos empezamos así”, comienza a contarme Freddy.
Tiene razón. Es recurrente entre los jugadores de su generación el inicio posterior al boom mediático que generó el poker cuando Chris Moneymaker logró triunfar en las World Series of Poker, sin ser un jugador reconocido en la élite de esa actividad.
Los inicios
A un ritmo frenético, Freddy pasó pronto de superar a sus compañeros en los pasillos universitarios, a sumergirse en la espesura del juego en línea. Para fortuna suya, contó con un inmejorable guía. Mayu Roca , quien entonces era también un aprendiz que tomaba el poker como divertimento, fue el primero en asesorarlo a la hora de conocer lo básico para empezar a moverse en los paños virtuales. Con el paso del tiempo, ambos llegarían a convertirse en unos de los jugadores más representativos del poker colombiano en el mundo entero.
“Él jugaba y conocía, pero estaba en el mismo proceso que yo. Mayu llevaba un poco más de tiempo jugando en línea, pero igual que yo, él también tomaba el poker como una afición. Realmente no nos sentábamos a hablar de estrategia ni nada de esas cosas. Sólo queríamos jugar y divertirnos, y tratar de que esa diversión nos resultara rentable. Íbamos a los torneos juntos. Somos muy amigos desde que empezamos a jugar”, detalla Torres.
Era una etapa en la que Freddy veía el poker como algo tan lúdico, que no tenía ningún rigor con su banca, permitiéndose situaciones tan irregulares como sentarse a jugar un torneo de 50 dólares, teniendo sólo 100 en su cuenta. Con esa misma facilidad, podía convertir esos 50 en 1500 ó 2000 dólares en una buena sesión de juego.
En sus primeros años como pokerista, Freddy mantuvo un “bajo perfil”, asistiendo a pequeños torneos universitarios, y empezando a jugar en mesas de cash en límites bajos:
“Jugaba en NL2, NL5, NL10, dedicándole un par de horas al día a la práctica del poker. Para ese entonces ya había dejado la universidad, no por el juego, sino porque simplemente tuve la sensación de que la medicina no era realmente lo mío y opté por dedicarme a trabajar. Cuando regresaba del trabajo a mi casa, sacaba tiempo para esas cortas sesiones y empecé a tener muy buenas ganancias. Al cabo de unas semanas de práctica, ya conseguía que mis utilidades en las mesas fueran entre el doble y el triple que mis ingresos salariales, así que empecé a tomarme el juego más en serio, a estudiarlo, a documentarme y a tratar de mejorar cada vez más”, recuerda Freddy.
El poker como carrera
Torres mantuvo esta dinámica durante unos seis meses, y al obtener un volumen constante de utilidades con ella, decidió dar el gran salto: convertir el poker en su fuente principal de ingresos, tomarlo como una carrera, como un proyecto de vida. Obviamente, ese cambio de prioridades generó ciertas reacciones adversas en su entorno personal. Sin embargo, Freddy contaba con un blindaje ideal para que sus planes como pokerista no encontraran un obstáculo muy significativo en esas visiones negativas de quienes lo rodeaban: “El entorno familiar no influyó mucho. Yo he tenido independencia en mi vida desde muy joven. No había necesidad de contarle a alguien específicamente lo que estaba sucediendo”, explica.
Para cuando llegó el momento de dar por enterada a su familia del nuevo proyecto de vida que había emprendido, Freddy ya contaba con el respaldo de los resultados económicos. Aun así, hubo un choque evidente con lo que Torres llama “los paradigmas sociales” que culturalmente se consideran correctos:
“Los padres siempre tienen unos ideales para uno; esperan que uno estudie, que haga una carrera, que tenga un trabajo convencional y cuando eso no se cumple, siempre se genera desconfianza sobre lo que haces, o ven tu plan de vida como algo riesgoso. Mi familia y mis amigos no le daban mucho crédito a los proyectos que me iba trazando. Obviamente, todo eso empezó a cambiar cuando los resultados demostraron que este modo de vida sí podía ser efectivo. Generalmente todo se remite a que si estás bien económicamente, entonces lo que haces empieza a ser considerado válido”, cuenta Torres.
De ahí en adelante, la carrera y el volumen de juego de Freddy fueron en incremento. A medida que su banca creció, empezó a explorar niveles cada vez más altos y llegó un momento en el que encontró una gigantesca favorabilidad para consolidar el desarrollo de sus planes:
“Empecé a reconocer que los jugadores de cash tenemos ventajas grandísimas sobre los jugadores de torneos, gracias al rakeback y los bonos que nos proporcionan las distintas plataformas de juego. Los beneficios que se nos entregan por ser jugador frecuente y estar ‘grindeando’ constantemente, son muchos. La sala te empieza a remunerar con gran parte del rake que tú mismo vas generando. Así, cuando alcanzas un volumen de manos importante mensualmente, ese dinero empieza a significar grandes cantidades y eso te va a ayudar para que en caso de que haya pérdidas puedas recuperarlas, o en ciertos meses en los que el balance no sea el mejor, esas cifras mantengan una tendencia positiva”, describe Freddy.
Al preguntarle por qué eligió desde el principio una modalidad de juego tan riesgosa como lo es el cash game, Freddy vuelve a hablarme de un valor que destacó varias veces en esta entrevista: la autonomía:
“Inicialmente decidí jugar cash por una cuestión netamente de tiempo. Una de las ventajas del cash es que puedes poner tus propios horarios. Un jugador de torneos puede estar empezando una sesión a las 10 ú 11 de la mañana y está terminando a la medianoche o a veces hasta a las 2 ó 3 de la mañana, si de pronto logra un deep run en alguno de los torneos que juega”, señaló.
Esa decisión le permitiría un aprendizaje acelerado, pues, según lo describe, estuvo enfrentando siempre condiciones mucho más complejas de competencia que los jugadores promedio de torneos:
“El cash te hace un jugador más completo. Te lleva a manejar mucha variabilidad en el tamaño de los stacks y te obliga a desarrollar juegos matemáticos más complejos. En los torneos los movimientos de fichas suelen ser muy similares y el comportamiento de los jugadores es relativamente acorde a unos estándares, mientras que en las mesas de cash todo es más difícil de predecir y siempre aparecen situaciones que te sorprenden. Hoy en día juego muy pocos torneos y creo que todo lo que he aprendido en el cash me ha permitido lograr un retorno de la inversión muy alto en esa modalidad, lo que de alguna manera me da la razón en este pensamiento”, afirma.
El vínculo con PokerStars: Freddy se convierte en profesional del poker
Corría ya el año 2009 y Freddy podía sentirse consolidado como jugador de cash, rentabilizando su habilidad en mesas de NL50 y NL100. Como resulta natural, ese balance positivo lo llevó a buscar desarrollar su juego en límites más altos (NL200, NL400, NL600). Para ese entonces, Torres ya tenía un contrato de representación con una sala de poker virtual. Sin embargo, en busca de condiciones más acordes a la proyección que le daba a su carrera, Freddy decidió pasarse a PokerStars, la sala con más tráfico de jugadores en el mundo online.
Al hacerlo, Torres concretó su estrategia de atacar límites más altos y fue así como se dedicó durante 2010 a jugar en NL200, NL400 e incluso en niveles superiores.
“Empecé a sumar una cantidad muy importante de VPP (VIP player points), entre 3500 y 4000 diarios, y a raíz de eso me fijé la meta de lograr el status Super Nova Élite, algo que muy pocos jugadores habían conseguido en esa época. Incluso, creo que fui el primer colombiano en obtenerlo. Los beneficios que adquirí por esa condición fueron enormes. Puede hablarse de más de 100 mil dólares en premios, únicamente por lograr ese status”, avanza Freddy en su relato.
Al tiempo, en ese mismo 2010, Torres también empezó a viajar para competir en torneos, tanto a nivel nacional como internacional. Y el éxito no tardó en bendecir las excursiones del llanero:
“Corrí con bastante suerte ese año. Gané varios eventos, no muy grandes, pero aun así muy significativos. En el primer viaje que hice para competir en Argentina en la gira de Tower Torneos, gané un Second Chance, después de haber alcanzado los cobros en el evento principal. En Medellín gané mi primer torneo grande, con un costo de inscripción superior al millón de pesos, en el lanzamiento del poker room del Casino Allegre”, cuenta. En esa ocasión, el premio reservado al ganador del torneo era un Mini Cooper, que se adicionó a una importante cifra de dinero recaudada como pozo de la competencia. “Hubo un deal entre varios de los que estuvimos en los sitios de privilegio, así que vendimos el auto y yo me quedé con el porcentaje mayor del premio”, rememora el jugador.
Como si lo conseguido en ese 2010 fuera poco, Freddy aún logró sacarle otro tanto de provecho a lo que llama su “mudanza” a PokerStars:
“Gracias a la cantidad de puntos VPP que venía sumando como jugador regular de cash, recibí la invitación del portal para convertirme en el capitán de la Selección Colombia para la Copa América y eso me reportó una alta exposición mediática, debido a que la participación de Colombia en el evento fue muy positiva. Aunque no ganamos, estuvimos por detrás únicamente de Estados Unidos y Canadá , que ya eran potencias mundiales en materia de poker y eran muy difíciles de vencer”, recuerda Torres.
La influencia de los medios
Y gracias a esa visualización que recibió en los medios, Freddy pudo seguir encadenando reconocimientos para su carrera como pokerista:
“Firmé un precontrato para participar en los torneos del Latin American Poker Tour (LAPT), vistiendo el parche de PokerStars. El portal estaba entrando a Colombia y buscaba abrirse mercado en nuestro país, lo cual también me favoreció mucho. En octubre de ese año, PokerStars lanzó la aplicación para ser Team Pro Online, la cual se envía a los jugadores Super Nova y yo no dudé en llenarla. Al portal le gustó mi perfil, les atrajo el hecho de que hubiera empezado jugando freerolls y que hubiera hecho mi banca sin hacer depósitos. Creyeron que yo sería un buen embajador para la sala y me eligieron para ser parte del Team”, continúa contándonos.
Al respecto, Freddy no duda en confesar que le debe gran parte de lo conseguido en su carrera al apoyo directo o indirecto que ha recibido el poker de los medios:
“La vida me cambió gracias a la mediatización. Todo fue muy positivo. Tuve más participación en torneos en vivo. Es algo que repotencia la carrera de uno. Detrás de los medios, aparecen los sponsors. Llegan más invitaciones para jugar torneos. Te empiezas a foguear con los mejores. Conoces a personas que saben mucho del juego y empiezas a aprender de ellos. Para muchos organizadores de eventos me convertí en una imagen para publicitar sus torneos y pude conseguir así que me costearan los gastos de participación en varias competencias”, describe Freddy como volviendo a vivir la materialización de su sueño.
La vida por fuera de las mesas
Sin embargo, no todas las ganancias que le ha dejado el poker para la vida han sido materiales. Freddy sabe que la dinámica con la que se ha movido en las mesas, lo ha acercado también a un valioso tejido de nuevas relaciones sociales:
“Yo soy de hablar con mucha gente y tener buenas relaciones y manejar cordialidad con todas las personas, pero no soy muy dado a que una circunstancia como el poker modifique mi círculo social. Mis mejores amigos son los de la infancia, los que estaban antes del poker. Si he tenido amigos en el ambiente del juego, ha sido un vínculo espontáneo, y mis amigos en este círculo han sido siempre los mismos: Mayu Roca , Faiber Rodríguez , los gemelos Herrera , a quienes aprecio mucho. De todas maneras es injusto nombrar a algunos porque si omito nombres estaría dejando de reconocer el valor que muchas presencias han tenido para mí en este camino. He conocido gente muy buena, muy valiosa, de la que he aprendido mucho y a quienes también les he podido brindar mi asesoría y conocimientos cuando me han buscado con ese fin. Todos los jugadores del circuito colombiano somos muy dados a compartir el conocimiento, a enseñarnos el uno al otro, a conversar en un almuerzo, en una cena, intercambiar visiones del juego, de la estrategia. Constantemente tratamos de enseñarnos todo lo que sabemos”, precisa el llanero.
En cuanto a las otras pasiones que complementan su vida, Freddy muestra que a pesar de su palmarés como pokerista, sigue siendo una persona sencilla y que sabe disfrutar de las cosas pequeñas, del día a día:
“El fútbol me gusta mucho. Soy hincha de Santa Fe, aunque no sigo mucho el fútbol colombiano. Veo mucho fútbol europeo, la liga inglesa, la liga española. Me gusta debatir sobre este deporte, compartir con mis amigos y tomarnos una cerveza hablando de los gustos de cada uno, de nuestros jugadores y equipos preferidos, pero siempre en un ambiente sano y de disfrute. En mis ratos libres, me gustan mucho los videojuegos. Me gusta ir a cine. Compartir con mis amigos de infancia, con la gente que conozco hace mucho tiempo. Ésa es una de las razones por las que regresé a mi ciudad natal, Villavicencio, porque sentí la necesidad de recuperar el tiempo que había dejado de compartir con ellos por andar viajando y dedicado al poker”, enuncia en tono de confesión.
El futuro próximo
Ya para el cierre, Freddy nos habló de sus propósitos para el año venidero, tanto en lo personal como en su rol de jugador profesional:
“En este 2014 empecé varios proyectos personales, por lo cual reduje el tiempo que le dedicaba habitualmente al poker. En particular me concentré en varios planes que me tracé en el campo empresarial, buscando que así mis ingresos no dependan exclusivamente de lo que haga en las mesas. Afortunadamente todo va saliendo bien, y puedo decir que ya están en pie varias de esas alternativas de negocio que quise echar a andar. En la medida en que veo que ya vienen funcionando, creo que en el 2015 podré dedicarme con un poco más de tranquilidad al poker. Lo que quiero hacer es viajar por temporadas de 2 ó 3 meses, para jugar cash en plazas que sé que son buenas para hacerlo, como Miami , Las Vegas , Panamá . Si encuentro la posibilidad de hacerlo, ir a conocer Macao, que es algo que siempre he querido. El plan ahora es poder dedicarle más tiempo a esos viajes que se hacen por el poker. Que no sea como hasta acá que cuando viajo a un torneo, me quedo prácticamente sólo durante los días de competencia y juego cash un par de días más”.
Y como es costumbre, no podíamos dejar ir a un invitado tan importante sin que nos entregara sus recomendaciones para nuestros lectores y para la comunidad del poker en general:
“Invito a todos los jugadores a que sigan ‘grindeando’ y sean constantes. Yo siempre he dicho que la teoría ya está hecha, sólo hay que adentrarse en ella y tener ganas de aprender y ver cosas nuevas. Siempre hay páginas con muy buen contenido, videos, análisis. Intellipoker, la escuela de PokerStars, por ejemplo, es muy buena alternativa para llegar a recibir incluso clases en directo con profesionales del mejor nivel mundial. Si un jugador de poker no se acerca a la información que lo ayude a mejorar, es simplemente porque no quiere hacerlo. Yo les sugiero adentrarse en este mundo, investigar por sí mismos, volverse autodidactas. También si en algún momento se sienten estancados en su nivel, es una buena oportunidad de usar recursos como un coach, que ayude a detectar errores y a mejorarlos y estar dispuestos siempre a aprender algo nuevo. El poker es un aprendizaje que no termina”, tiró como conclusión el crédito villavicense.