Este lunes, Donald Trump prestó juramento como el 47º presidente de los Estados Unidos, lo que marcó su regreso a la Casa Blanca en una ceremonia celebrada en la Rotonda del Capitolio en Washington D.C. que no estuvo excenta de pólemica, pero ese no es tema acá sino la relación del presidente con el poker, cuyos caminos se han cruzado en varias ocasiones.
A lo largo de su carrera, Trump ha establecido paralelismos entre el poker y la vida al destacar la importancia de la imprevisibilidad y la agresividad en la toma de decisiones. En 1996, durante la transmisión de la mesa final del US Poker Championship, afirmó: «El poker es un maravilloso microcosmos de la vida».
Trump ha negado ser un jugador de poker, pero le tiene respeto y pasión:
«Sé un poco cómo jugar, pero estoy tan ocupado que es imposible para mí sentarme en una mesa».
Eso fue hace ya más de 30 años, cuando nada hacía presagiar que tendría que vivir un gran heads-up político contra Kamala Harris por la presidencia de uno de los países más poderosos del mundo.
También ha usado la terminología pokerística para escenarios delicados de la política internacional, como por ejemplo en el conflicto con Corea del Norte.
«Estamos jugando un juego de poker muy difícil y nadie quiere revelar su mano».
La leyenda del poker Phil Hellmuth describió en alguna ocasión a Trump como el «jugador suelto-agresivo» definitivo, una estrategia que implica jugar muchas manos y apostar o subir con frecuencia para dominar la mesa. Esta táctica busca que los oponentes sean cautelosos y se retiren, incluso cuando tienen una mano superior.
Donald Trump, un grinder de la política.
La relación de Trump con el poker también se refleja en su historial empresarial. En 1990, creó el US Poker Championship en el Trump Taj Mahal en Atlantic City, un circuito diseñado para profesionales del poker. Además, en el 2013, durante el Black Friday, lanzó una red de poker en línea en asociación con 888poker y el financiero Marc Lasry , denominada All American Poker Network, activa en Nueva Jersey y con licencia en Nevada.
«Cada situación es un desafío. Usa la palabra desafío siempre. La vida es un desafío y el poker también. Si tu eres competitivo y te lo propones como un desafío, serás más exitoso», es uno de los consejos que podrás ver a continuación.
«La vida, como el poker, se trata de percepción, juicio y de ver qué tiene el otro jugador», explicó Trump.
En su filosofía, la clave para el éxito incluye aceptar los errores como lecciones valiosas: «No temas perder. A veces, al perder una batalla, aprendes lo necesario para ganar la guerra».
Trump cerró con una máxima aplicable tanto a la vida como al poker: «Baraja y reparte. La próxima mano siempre puede ser la ganadora».
Un discurso polémico
En su discurso inaugural, Trump prometió una «era dorada» para Estados Unidos, enfocándose en la ambición nacional y una revolución económica y social. Anunció emergencias nacionales para cerrar la frontera sur con México y abordar cuestiones energéticas, reafirmando su visión de fortalecer al país.
Para Trump, tanto en los negocios como en la política, adoptar una mentalidad de poker implica ser impredecible, agresivo y aprovechar las oportunidades, principios que ha aplicado a lo largo de su carrera y que ahora lleva nuevamente a la presidencia de Estados Unidos.
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