Septiembre es reconocido como el «Mes de la Prevención del Suicidio», un momento para destacar los múltiples recursos disponibles para quienes puedan necesitar apoyo en momentos de crisis o quieran ayudar a alguien cercano. Dada la reciente pérdida de varios grinders por suicidio, PokerNews entrevistó a la Dra. Christine Yu Moutier 
, de la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio en Nevada, para conocer más sobre los riesgos asociados a este problema dentro de la comunidad pokeril.
La Dra. Moutier explica que, aunque no hay un solo factor que determine el riesgo de suicidio, es cierto que los hombres entre 21 y 45 años, grupo demográfico predominante en el mundo del poker, tienen un mayor riesgo que la población general. «Los hombres son aproximadamente cuatro veces más propensos a morir por suicidio que las mujeres», comenta. Esto se debe en parte a que los problemas de salud mental como la depresión suelen ser menos reconocidos en ellos y, por presión social, a menudo suprimen sus emociones y no buscan ayuda.
El entorno del poker presenta desafíos únicos: grandes altibajos financieros y alta presión emocional. Estos factores, sumados a condiciones como depresión o adicciones, pueden desencadenar un sentido de desesperanza. Moutier subraya que, aunque no todos los jugadores enfrentan este tipo de problemas, aquellos que sí lo hacen están en mayor riesgo de sufrir una crisis.
Los cambios en el comportamiento, expresiones de desesperanza o dificultad para manejar las actividades diarias son señales de alerta. «Preguntar abiertamente si alguien está teniendo pensamientos suicidas puede ser crucial para brindar ayuda a tiempo», enfatiza Moutier.
La Dr. Christine Yu Moutier es una experta en temas de salud mental.
Para iniciar una conversación abierta y honesta sobre la salud mental con alguien cercano es un primer paso fundamental para abordar posibles problemas y encontrar soluciones. Aunque a menudo es difícil dar este paso, se considera una acción valiente y necesaria para comenzar a evaluar qué factores pueden estar contribuyendo a la situación. La Fundación Americana para la Prevención del Suicidio (AFSP) ofrece una guía de seis pasos llamada para facilitar este proceso.
El primer paso es dar inicio a la conversación, reconociendo que se trata de un tema importante. Es recomendable expresar la necesidad de hablar con frases como: «Hay algo importante que me gustaría discutir contigo. ¿Podemos hacer tiempo para hablar?». Luego, es esencial agendar un momento conveniente para ambas partes, lo cual puede planearse con antelación para asegurar que el espacio esté libre de distracciones y se pueda tener una conversación profunda y sincera.
Durante la charla, es importante describir de manera detallada los cambios que se han notado en el estado emocional y físico, como alteraciones en el sueño, el estado de ánimo o los niveles de energía. Explicar cómo estos factores han influido en la vida diaria ayudará a que la otra persona comprenda la magnitud de la situación. Al compartir esta información, se debe tratar de identificar qué eventos o condiciones han contribuido a estos cambios y por cuánto tiempo han estado presentes.
Después de la conversación inicial, es recomendable hacer un seguimiento para agradecer a la persona por su tiempo y apoyo, y para reiterar la importancia de lo discutido. Además, es necesario recordar que, aunque alguien no pueda estar disponible en un momento determinado, esto no significa que no le importe. En esos casos, se sugiere buscar otra persona de confianza con quien hablar.
Finalmente, si a pesar de estas conversaciones el malestar persiste o se considera necesario un apoyo adicional, se debe recurrir a profesionales.
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