BRAZILIAN SERIES OF POKER
Rodrigo Seiji llega como líder al Día 2 del BSOP Million Championship
El local terminó como chipleader del Día 1C y su stack terminó siendo el más grande de los tres vuelos iniciales. Hoy se juega el Día 2.
Pocas personas en el mundo del poker no conocen quién es Mike Sexton . El presidente de partypoker tuvo una carrera de poker impecable con un brazalete de la WSOP y un título del WPT. Además, durante años fue la cara del tour mundial comentando junto a Vince Van Patten las mesas finales. Sin embargo, antes del poker también hay una historia. Una historia que PokerNews se encargó de investigar y de la que ya presentó la primera parte.
Durante sus años como estudiante Mike siempre fue un atleta. Por eso le pareció natural que, tras terminar esa etapa, era momento de unirse a la Armada como paracaidista.
Siempre quise saltar desde aviones. Me uní a la Armada para convertirme en un paracaidista y así podía saltar de aviones; era el siguiente paso para mí.
El timing de Sexton no fue el mejor: el momento de unirse coincidió con la época de la Guerra de Vietnam. Sin embargo, jamás fue a la guerra y eso hizo que su experiencia sea inmejorable.
Tenía un gran trabajo y amaba la Armada. Estuve muy cerca de volverme a enlistar y hacer carrera. La Armada fue genial, quizás porque jamás tuve que dejar Fort Bragg, tenía un trabajo sencillo y podía ir a la zona de salto y hacerlo cuando quisiera. Fue muy divertido y realmente lo disfruté. Pero si tuviese que haber estado en otro lado, en zona de guerra, hubiese tenido una mirada completamente distinta.
Una vez que dejó la Armada se quedó en Carolina del Norte, donde se casó y consiguió un trabajo en ventas. Entonces retomó un viejo hábito de la universidad: el poker. Eventualmente le comenzó a ir mejor jugando a las cartas que en el trabajo y antes de dedicarse full time al poker, consiguió otro trabajo particular: profesor de Ballroom.
Eventualmente fue el juego por el que ahora es conocido a nivel mundial lo que tomó el 100% de su tiempo y su esfuerzo. Pero quién le quita lo bailado… ¡O lo saltado!