URUGUAY
Iago Botelho se quedó con el Super High Roller del Enjoy Poker Tour
El brasileño superó una durísima mesa final para quedarse con el último trofeo de la serie.
La ludopatía es un mal que aparece de diferentes formas, incluso para generar hechos desesperados con tal de poder apostar. Esto quizá fue lo que originó un acontecimiento que sorprendió a la provincia de Misiones , ubicada en el noroeste argentino, cuando un hombre cometió un ilícito para poder obtener dinero y después jugarlo en el casino.
A través del monitoreo ininterrumpido de las cámaras de seguridad del Centro Integral de Operaciones 911, en la madrugada de este martes se detectó a una persona que destrozó una vidriera de un comercio llevándose un televisor, el cual, insólito, logró vender a las pocas cuadras.
El implicado fue detenido en pocos minutos cuando intentaba ingresar a un casino en Posadas, la capital de la mencionada Misiones.
El hecho ocurrió cerca de la 1 de la madrugada, cuando un operador del 911 observó a través de las cámaras de seguridad a un hombre que rompió una vidriera de un comercio ubicado en la calle Santiago del Estero y Colón, llevando consigo un televisor mientras escapaba hacia la calle Junín.
Inmediatamente se alertó a las patrullas más cercanas y, gracias al seguimiento por las cámaras, se guió a los agentes para detener al delincuente en la rotonda de la avenida Uruguay. El individuo había vendido el televisor y se había subido a un ómnibus, descendiendo en inmediaciones al casino, siendo abordado por los agentes cuando intentaba ingresar al lugar.
Finalmente, el detenido fue trasladado a la Comisaría 1ª donde quedó a disposición de la justicia. Además, el televisor fue recuperado en un local de la avenida Mitre y, luego de los trámites correspondientes, fue devuelto a su legítimo propietario.
La tele en cuestión era importante y bastante grande como para ser notada cuando alguien va cargándola por la madrugada. Tanto que era una 50 pulgadas, smart y 4K, que en el mercado se vende a unos 500 dólares aproximadamente. No trascendió cuánto se la pagaron a quien la robó.
Finalmente, el hombre no pudo jugar y la TV regresó al dueño original… Ahora falta ver si alguien paga los vidrios rotos, nada más.