TV SHOW
El mago no encontró la magia y perdió un pozo de US$323K
Antonio Esfandiari volvió a las mesas televisadas y a pesar de que sus poderes fallaron una vez, al final de la noche fue el máximo ganador.
Hace algunos días repasamos la vida de Dewey Tomko , un pionero del poker en Las Vegas que, junto con Doyle Brunson , son los últimos referentes vivos de aquella época dorada de los inicios de esta disciplina en la Ciudad del Pecado.
Tomko concedió una larga entrevista al sitio PokerNews en la que habló, entre muchos otros asuntos, sobre el mítico Stu Ungar. Brunson y Dewey son los únicos jugadores en la actualidad que pueden contar de manera fidedigna las historias de Ungar en el Strip.
Entre los buenos recuerdos que tiene Tomko de su amigo Stu, el veterano reveló el método que tenía Ungar para vencer a las «ballenas» que llegaban a Las Vegas.
«A comienzos de los años 70 y 80 –explica Tomko– éramos un puñado de jugadores profesionales en Las Vegas. El poker ciertamente no estaba en los niveles actuales, por lo que la mayoría de los que desafiábamos eran jugadores ocasionales, sino totalmente neófitos».
«La diferencia entre nosotros y ellos fue abismal desde un punto de vista técnico, pero hubo noches en las que estos jugadores de alguna manera lograron terminar la sesión de manera positiva gracias a una serie de golpes de suerte. Entre estos tipos de rivales, la mayoría eran hombres de negocios. Las llamadas ballenas. Personas con fondos casi ilimitados y con muy pocas habilidades, pero que querían jugar poker a toda costa. Un regalo del cielo para nosotros».
Y esos jugadores, al igual que Stu, pusieron sus ojos sobre ellos y buscaron métodos para poder explotarlos para sacarles hasta el último centavo. En ese sentido, Ungar fue un pionero.
«En ese momento no había tecnología como la de hoy y, sobre todo, el movimiento en las mesas de poker no era comparable a la actualidad. Así que tuvimos que ser cuidadosos y vigilantes cuando estas ballenas decidieran sentarse, para garantizarnos un asiento en la mesa y que estos lugares no se terminaran rápidamente«.
«Stu Ungar tuvo la idea de pagarle a un par de personas que trabajaban en el aeropuerto y precisamente a las que trabajaban en vuelos privados. En ese momento, no muchas personas poseían aviones personales. Fue cuando las famosas ballenas aterrizaron en Las Vegas en vuelos privados que los vigilantes de Stu Ungar lo contactaban por teléfono o, en cualquier caso, le enviaban un mensaje. Además de notificarle sobre el aterrizaje, le proporcionaban a Ungar el lugar de partida, las horas que pasaron en el avión y cuántas zonas horarias habían atravesado estos adinerados aficionados».
«La mayoría de ellos eran hombres de negocios que se tomaron unas horas de ocio en las mesas de poker entre viajes de negocios. A menudo, después de haber enfrentado muchas horas de vuelo y aturdidos por numerosas zonas horarias. En resumen, las víctimas ideales para los tiburones como nosotros, pero sobre todo como Stu Ungar. Estos últimos, una vez que supieron de su llegada, fueron a las mesas a las que solían asistir estos caballeros.
Te dejaré imaginar la cantidad de dinero que ganó con este método».
Fuente: PokerNews.com