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Miren Tiempo de Poker con Tomatee Benítez
Salió una nueva edición del programa que va se está transformando en cita obligada para los amantes de este deporte mental, esta vez con una entrevista al crack uruguayo.
Por José Litvak
Se denomina Heads Up a la competencia entre dos jugadores. Puede ser la final de un torneo o una modalidad específica de juego, sea una partida aislada o un certamen de esta variante.
Esta particularidad cambia todo: la estrategia, la forma de juego según la posición, el valor de las manos, etc. y aparece nuevamente una paradoja.
Se trata de una situación en la que tenemos más información, nos preocuparemos de la respuesta de un solo rival y no de las acciones o reacciones de varios, mayor posibilidad de encasillar su estilo de juego y de adecuarnos a él, sólo a uno, etc.
Parecería, a primera vista, más sencillo que jugar contra diez. Sin embargo, es aceptado por la gran mayoría de “los que saben” que este tipo de confrontación es la más difícil.
La rotación de las manos es vertiginosa y se entra en juego en casi todas, inclusive sin grandes cartas, porque más importante que el valor de la mano es la posición desde la que tenemos que jugar y el estilo de nuestro rival, y lo es más aún que la textura del flop.
También son más violentos el modo, la frecuencia y el nivel de las apuestas. Permanentemente habrá raises y reraises, para echar al otro y para darle volumen al pozo.
Y, como el valor de las manos es relativo, habrá muchos calls para conocer, por lo menos, el flop. No es habitual que las rondas culminen preflop.
Habrá cantidad de intentos de engaño, de robo y de slow play.
Mucho vértigo y velocidad que requieren coraje y actitud y, más que nunca, hay que “exprimir” la ventaja de la posición.
Al competir dos jugadores, el ubicado en el botón paga la ciega pequeña, es el primero en hablar preflop y el último en todas las etapas siguientes.
Al otro le corresponde la ciega grande y actúa último preflop y primero postflop.
Sea cual fuere la modalidad, las ciegas van aumentando en cada nivel predeterminado.
Si se trata de una partida, ocurrirá lo mismo que en un torneo, al principio, no es significativo el efecto de la presión que pueden ejercer en relación al tamaño de los stacks.
Serán rondas de estudio del estilo de juego y de acumulación discreta de fichas.
Y si se trata de la final de un torneo, ocurrirá algo parecido. Si bien, a esta altura de su desarrollo, las apuestas obligatorias serán muy altas, y la notable acumulación de fichas en juego en poder de sólo dos participantes hace que, momentáneamente, esa presión disminuya.
Por ello, este desafío es extenso. Salvo que los stacks con los que llegan sean muy desiguales, lo que no es lo corriente.