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Marcelo Sosa no es un hincha más de Nacional, «el cuadro más grande de Uruguay», según él mismo dice. Hasta no hace mucho, lideraba la barrabrava y era empleado del club: se encargaba de la seguridad de la tribuna. Sin embargo, todo cambió en los últimos dos años cuando decidió ponerle punto final a esa parte de su vida. Ahora, quiere llegar lejos con el poker, su otra gran pasión.
«Con la familia lo veníamos pensando hace rato. Estar en la hinchada no es fácil, porque te quita mucho tiempo y a veces no podía estar con los míos. Sobre todo los fines de semana. Había veces que me perdía las vacaciones por el fútbol. Por eso decidí optar por la familia y ganar algo de tranquilidad», confiesa Marcelo.
El «Sapo» comenzó a ir a la cancha a los 15 años con su grupo de amigos a alentar a su querido «Bolso». De a poco comenzó a involucrarse con la barra, hasta que le propusieron tomar el mando: «Se fueron dando las cosas y a partir del 2000, la hinchada de Nacional empezó con varios cambios», recuerda. «Nos propusieron estar en representación de la hinchada, y nos quedamos. A medida que vas haciendo las cosas bien, y la gente te apoya, te mantenés en el lugar», explica.
Lo de ser el encargado de la seguridad en las tribunas del conjunto tricolor surgió por una disposición del Ministerio del Interior. La idea era que los clubes se hicieran cargo de que no hubieran problemas en las gradas, por lo que Nacional acudió a los servicios de Marcelo, que dedicó 9 años de su vida a esa labor: «Ellos nos dieron una mano para poder trabajar y concientizar a la gente, que por hacer disturbios tu club puede salir perjudicado. En Uruguay, hay quita de puntos si la gente genera problemas. Entonces, ahí nosotros abrimos nuestro camino y pudimos explicarles a los demás que, haciendo cualquier cosa, podías dañar al equipo».
«Con el correr de los años, la gente se acostumbra a seguir una línea de trabajo y se hace todo más fácil», continúa Sosa. «Al principio había gente que quería pasarse de alguna u otra forma, entonces nuestro trabajo era enderezarles el camino y hacerles ver qué era lo mejor para el club».
-¿Tenían derecho de admisión?
-«No como el que maneja la policía en las puertas. Porque la seguridad fuera de la cancha estaba a cargo de ellos. Pero nosotros implementábamos nuestro derecho interno de admisión. Nosotros sabíamos quiénes eran los que ocasionaban problemas y entonces no lo dejábamos que estuvieran en la tribuna. Lo mismo si veíamos una bandera de otro cuadro. La teníamos que sacar. De todas maneras, todas éstas fueron herramientas que nos dieron para poder trabajar tranquilos y que todo saliera bien».
-Pero tal vez la policía sí los dejaba pasar…
-Tal cual. Pero la gente sabía que sí vos no hacías las cosas bien, no podías estar en nuestra tribuna. A lo mejor sí en otra, pero no en la de la hinchada. Allí, se encargaba la empresa que tiene Nacional para mantener el orden en otras gradas. Mientras yo estuve en la seguridad, a Nacional no le sacaron ningún punto.
«Si me preguntabas hace 10 años, te diría que no había relación con las hinchadas de los otros equipos. Hoy es diferente. Particularmente Nacional, tiene amistad con Independiente , y eso está desde antes que yo estuviera en la barra», afirma sapin76, runner up de un evento de la WCOOP en 2017, donde abrochó más de 74 mil dólares. «Y, personalmente, soy muy amigo de Pablo ‘Bebote’ Álvarez». (NdR: exjefe de la barra del ‘Rojo’).
«Lo mismo con Jorge Rivero, que estuvo hasta hace dos años en la barra de Peñarol. Él era mi amigo y jugábamos al poker. Él no era muy bueno, pero también jugaba», bromea. «Mientras él estaba allí, pudimos hablar con la otra hinchada e hicimos buenas cosas en conjunto».
Durante los cuartos de final de la Copa Libertadores 2016, Nacional y Boca Juniors se midieron entre sí por un lugar en la siguiente instancia. Rápidamente, surgió la versión sobre un pacto entre las dos barras de ‘no-agresión’, algo que el Sapo aclaró: «En aquella oportunidad, surgió por un conocido que tenemos en común, Rody Soria . Me comentó que los de Boca querían hablar conmigo y les pasé mi número. Hablamos para que estuviera todo tranquilo tanto en la ida como en la vuelta. La verdad es que me pareció perfecto. Le comenté a la policía de acá, y entonces se armó un operativo en conjunto que gracias a Dios salió todo bien. ¡Pero ojo!, no es que hay amistad entre Nacional y Boca. Nada más que se dio una charla entre personas que querían que el espectáculo se diera como se tenía que dar.»
Por medio de Germán Barbé , director de torneos de poker en Uruguay, Marcelo se fue acoplando a esta disciplina en los últimos seis años. De a poco se fue arrimando y fue allí donde conoció a Fabrizio González , «el mejor de Sudamérica sin dudas», elogia Sosa al crack hincha de Peñarol. «No hacemos muchas bromas porque soy muy calentón», dice. «Tal vez hacemos algún que otro chistecito pero el tema del fútbol prácticamente no se toca. No hago chistes, para que después no bromeen conmigo».
Aunque más allá de esa rivalidad, comparten el mismo gusto de jugar al poker. Y esa relación que tienen, hace que Sosa, runner up de la fecha 5 del EPS, adquiera conocimientos de uno de los mejores exponentes de esta parte del planeta: «Me ayuda cuando le consulto por una mano. Le mando videos y le pido alguna opinión de lo que hubiera hecho. Gracias a Dios que puedo compartir eso con él y aprender de los mejores del mundo, porque en Uruguay hay muy buenos jugadores».