El último año estuvo marcado por acusaciones de trampa que involucraron a varios jugadores, sin embargo la gran mayoría de ellas carecieron de pruebas y es junto esta la gran tarea que tiene la comunidad para el 2023.

La prensa, redes sociales y podcasts ocuparon gran parte de sus espacios hablando de estos escándalos que, en su gran mayoría, quedaron en el olvido o produciendo una imagen negativa del acusado sin encontrarse culpable.

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Durante el 2022, la comunidad fue vigilante y participó de forma activa, tanto en el poker online como en vivo, para mantener un buen ambiente y ecosistema en las mesas. Nacieron nuevas organizaciones y las plataformas en línea destinaron grandes recursos en crear equipos especializados para tal fin, sin embargo, hubo grandes escándalos que no pasaron de eso.

La polémica mano de Robbi Jade Lew o los señalamientos a Bryn Kenney fueron el mejor ejemplo de esas presuntas trampas que no pudieron demostrase. Del otro lado de la moneda, estuvieron los casos de Ali Imsirovic y Jake Schindler que aunque tampoco se hicieron públicas dichas pruebas, algunos circuitos como el PokerGo Tour, decidieron suspenderlos de sus eventos presenciales. 

Los bots, usos de softwares terceros y colusión seguirán existiendo y hay que tratar de combatirlos de la mejor manera, aun así, hay que estar atentos a los fundamentos que se usan para argumentar un caso. Por otro lado, también hay que mirar con lupa a los hechos de los cuales se hace eco la comunidad y no participar en ellos sin tener un criterio sólido de lo ocurrido.

No hay que bajar la guardia pero se debe afinar la mirada antes de involucrar a algún jugador que puede resultar dañado por parte de la comunidad ante una falsa acusación.