La preparación física y mental de Fabián Ortiz, un campeón “de pura cepa”

Para ser un triunfador en la elite del poker, ¿alcanza con saber y tener experiencia o práctica? ¿En cuánto y cómo influyen los estados mental, emocional y físico en el rendimiento de un jugador? y, finalmente, ¿se trata sólo un mito o es realidad?

El chaqueño Fabián Ortíz es, sin dudas, uno de los más grandes exponentes del poker argentino de los últimos tiempos y, como la mayoría de los deportistas, tuvo momentos duros en su carrera, en los que parecía que el cuerpo y la mente lo estaban abandonando. ¿Cómo crees que lidió con todo ello para lograr que no interfieran y, por el contrario, contribuyan a apuntalar una carrera exitosísima?

Tuvimos la oportunidad de que nos lo contara y dejarlo registrado como enseñanza en nuestro libro «La Mente, la Psicología y el Cuerpo en los deportes metales».

Nos dijo: «Se acercaba el fin del año 2013 y mi mente estaba enfocada en el torneo de Bahamas, uno de mis sueños pendientes en el poker. Pero me sentía un poco saturado de jugar muy seguido y venía perdiendo bastante.

Además, tenía problemas en la columna, provocados por las muchas horas que pasaba sentado, y rebasado de stress. Pensaba, únicamente, en aquel objetivo, pero sabía que no estaba preparado ni física ni mentalmente y eso hacía que mi autoestima estuviera por el suelo.

Tuve la suerte de dar con dos personas: José Meana, a quien ya conocía pero no veía hacía más de diez años. En ese entonces era mi masajista, dado que otra actividad que realizaba también era muy estresante, y él me ayudaba muy seguido para descontracturarme. También hacía rehabilitación de la columna con un quiropráctico y necesitaba recomponer la parte muscular.

Otra persona que me ayudó mucho a levantar la autoestima como jugador fue Mauricio Gavioli, osteópata y Lic. en Kinesiología y Fisiatría. Él me enseñó a corregir posturas, como para estar sentado durante largas horas (la posición de las piernas, de la cabeza, etc.), a cómo levantarme de la silla o de la cama y varios ejercicios y maniobras de elongación que me sirvieron mucho.

Me olvidé del celular y de la computadora y me dediqué a mí, haciendo los ejercicios recomendados, caminando por la playa o nadando. Todo eso me ayudó a terminar de salir del pozo emocional en el que estaba y poder jugar el torneo de la mejor manera.

Conclusión: hasta hace poco pensaba que para jugar al poker de manera profesional no necesitaba más que de mí mismo pero, ya en Las Vegas, el año anterior, me había dado cuenta que en ciertas instancias o para llegar a ellas, uno necesita de gente que te ayude en la preparación, como un coach, un psicólogo deportivo, masajistas, reikistas, etc.»

Como se aprecia, las habilidades mentales y emocionales pueden trabajarse y mejorarse, y la psicología y la preparación física brindan ayuda real y práctica.

De alguna forma, desde que lo vimos en esa mesa en el PCA Bahamas 2014, el chaqueño parece hecho de quebracho colorado y su segundo LAPT, no hace más que confirmarlo.

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